Serie: Los misterios de Dios revelados para el Día Postrero
Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes, radioyentes y televidentes. Es para mí un privilegio muy grande estar con ustedes, para compartir unos momentos de compañerismo alrededor del Programa Divino correspondiente a este tiempo final.
Para lo cual quiero leer en San Mateo, capítulo 24, versos 1 al 3, y dice así:
“Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.
Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.
Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?”.
Nuestro tema para esta ocasión, en “Los misterios de Dios revelados para el Día Postrero” – Parte 3, estaremos viendo el misterio de: “LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE EN EL DÍA POSTRERO”.
En el tema “Los misterios de Dios revelados para el Día Postrero”, veremos: “LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE EN EL DÍA POSTRERO”. Veremos ese misterio y veremos todo lo relacionado a ese misterio correspondiente a este Día Postrero, para que podamos entender el misterio de “LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE EN EL DÍA POSTRERO”.
Nuestro amado Señor Jesucristo habló acerca de la Venida del Hijo del Hombre para el tiempo final en diferentes lugares. Y tenemos, por ejemplo, el pasaje de San Mateo, capítulo 16, versos 27 al 28, donde nos dice el mismo Jesucristo:
“Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”.
Aquí tenemos una profecía también acerca de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles para el tiempo final.
Y encontramos que en el Monte de la Transfiguración Cristo llevó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, para mostrarle allí, en una visión, la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino con Sus Ángeles; y cuando esto sucedió, conforme a lo que le había dicho en el verso 28 del capítulo 16 de San Mateo, cuando dijo:
“De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino”.
Luego, en el capítulo 17, verso 1 en adelante, dice:
“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto;
y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.
Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él”.
Aquí tenemos, en esta visión, la Venida del Reino de Dios, y el Hijo del Hombre viniendo en el Reino de Su Padre con Sus Ángeles.
Y aquí los Ángeles son Moisés y Elías, porque los Ángeles prometidos para venir en el Día Postrero, en la Venida del Hijo del Hombre, los cuales estarán en el tiempo del fin, o sea, en el tiempo de la Cosecha, en donde el trigo será cosechado y colocado en el Alfolí de Dios, y la cizaña será echada en el horno de fuego, o sea, en la gran tribulación, para ser quemada; para ese tiempo, en la Venida del Hijo del Hombre, dice Cristo que el Hijo del Hombre enviará Sus Ángeles ¿para qué? Para llevar a cabo esa Cosecha.
Por eso Cristo dijo en el capítulo 13, verso 30, hablando en la parábola del trigo y de la cizaña [San Mateo]:
“Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”.
O sea que el trigo será recogido en el Granero de Dios, y la cizaña atada en manojos para ser quemada en el fuego durante la gran tribulación, donde serán quemados los malos, conforme a la profecía de Malaquías, capítulo 4, verso 1, donde dice de la siguiente manera:
“Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama”.
Esto es el día de la gran tribulación, donde la cizaña será quemada; y la cizaña son los hijos del malo. Y este fuego que los quemará será fuego atómico.
“Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada”.
Naciendo el Sol de Justicia a los que temen el Nombre del Señor, eso es la Segunda Venida de Cristo, porque Cristo es el Sol de Justicia. “Yo soy la luz del mundo”[1], dijo Jesucristo.
Y la Segunda Venida de Cristo es como el Sol de Justicia naciendo en un nuevo día dispensacional y en un nuevo día milenial, o sea, en el comienzo del séptimo milenio y en el comienzo de la séptima dispensación. Y para los que temen el Nombre del Señor, traerá salvación en Sus Alas; y Sus Alas son los ministerios de Sus Ángeles en la Venida del Hijo del Hombre.
Sus Ángeles (como vimos ayer en la noche) son los ministerios de Moisés y Elías, los cuales fueron vistos en el Monte de la Transfiguración hablando con Jesús. Estos ministerios son los ministerios de los Dos Olivos y de los Dos Candeleros de oro de Apocalipsis, capítulo 11, verso 3 en adelante, y Zacarías, capítulo 4.
Estos son los ministerios que en el Día Postrero serían enviados por el Hijo del Hombre, para con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino llamar y juntar a todos los escogidos de Dios.
Y ahora, esta es la señal para el Día Postrero, la señal del fin de siglo: la Venida, la aparición de los ministerios de los Ángeles del Hijo del Hombre.
Vean ustedes, aquí en la explicación que dio Jesús sobre el trigo y la cizaña, en el capítulo 13, verso 37 en adelante, Jesús dijo [San Mateo]:
“Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.
El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.
El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles”.
Ahora vean cómo para el tiempo de la siega, para el fin del siglo, es que el Hijo del Hombre envía a Sus Ángeles. Y la señal del fin del siglo es la Venida de los Ángeles del Hijo del Hombre, llamando y juntando a los escogidos de Dios; llamando y juntando con la Gran Voz de Trompeta, con el Mensaje del Evangelio del Reino, a todos los hijos e hijas de Dios, para ser transformados y raptados e ir a la Cena de la Bodas del Cordero en el Cielo.
Y luego la cizaña pasará por la gran tribulación, donde será el lloro y el crujir de dientes, donde la cizaña será quemada con el fuego atómico que ha de venir; fuego atómico que ya está almacenado en todas esas bombas nucleares que muchas naciones ya tienen almacenadas. Y en algún momento de la historia del ser humano esas armas nucleares van a ser usadas, y se cumplirá la Palabra del día ardiente como un horno, del cual habla el profeta Malaquías en el capítulo 4.
Pero luego que haya pasado el día ardiente como un horno de la gran tribulación, dice que caminaremos sobre las cenizas de los malos. ¿Por qué? Porque ya están convertidos en cenizas. Y durante el Reino Milenial estaremos caminando en este planeta Tierra en el glorioso Reino de nuestro Señor Jesucristo, y los malos estarán convertidos en cenizas bajo la planta de nuestros pies.
Ahora podemos ver todo este cuadro divino correspondiente al tiempo final.
Hemos visto lo que es la señal del fin del siglo: es la Venida y ministerio de los Ángeles del Hijo del Hombre, llamando y juntando el trigo, y también preparando todo para el fuego que quemará la cizaña en el Día Postrero, o sea, preparando todo para que la cizaña sea quemada en el horno de fuego, o sea, en la gran tribulación. Todo se está preparando para ese momento en donde el juicio divino caerá sobre la raza humana.
Pero antes de caer el juicio divino sobre la raza humana, los escogidos de Dios serán llamados y juntados en este Día Postrero por el ministerio de los Ángeles del Hijo del Hombre, con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, llamando y juntando a todos los escogidos de Dios; y así preparándonos para ser transformados y raptados en este Día Postrero, y así tener el cuerpo eterno que Cristo ha prometido para cada uno de nosotros; porque seremos a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.
Ahora, vean ustedes cómo para el Día Postrero la promesa de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles es el evento más grande prometido para la raza humana. Este es el evento que estremecerá a la raza humana y que traerá las bendiciones de Dios para los hijos e hijas de Dios; y que traerá los muertos en Cristo resucitados en cuerpo eternos, y nosotros los que vivimos seremos transformados, y tendremos también un cuerpo eterno. Por eso es tan importante la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles para el Día Postrero.
Ahora, vean ustedes, Cristo dio señales, para que cuando estas señales fueran vistas los seres humanos supieran que estaban viviendo en el Día Postrero, estaban viviendo en el fin del siglo.
Los discípulos le preguntaron:
“… ¿cuándo serán estas cosas (o sea, la destrucción de Jerusalén y el templo), y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?”.
Vean ustedes la señal de la Venida del Señor y del fin del siglo. Vean ustedes que la señal del fin del siglo, en la parábola del trigo y de la cizaña, es la presencia de los ministerios de los Ángeles del Hijo del Hombre, enviados por el Hijo del Hombre en el Día Postrero.
Y en San Mateo, capítulo 24, verso 30 al 31, cuando Jesucristo les da la señal de la Venida del Hijo del Hombre y del fin del siglo, les dice:
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
Y (entonces) enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.
Ahora, aquí tenemos dos señales muy importantes: la señal del Hijo del Hombre en el cielo y la señal de los Ángeles del Hijo del Hombre en la Tierra, llamando y juntando a los escogidos de Dios.
La señal del Hijo del Hombre en el cielo es la señal de la Venida del Señor, de la Venida del Hijo del Hombre en medio de la raza humana. Y esa señal será mostrada en el cielo conforme a la profecía; y cuando esa señal sea vista en el cielo, entonces los seres humanos tienen que estar buscando en la Tierra la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles.
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a (todos) sus escogidos…”.
Todos los escogidos de Dios, los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, las personas que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo, serán llamados y juntados en el Día Postrero, en el fin del siglo, en el tiempo de la Venida de los Ángeles del Hijo del Hombre con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, llamando y juntando a los escogidos, revelándole el misterio de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, en el Día Postrero.
Ahora, vean ustedes que la señal del Hijo del Hombre está señalada para ser vista en el cielo, y ser visto en el cielo también el Hijo del Hombre viniendo en las nubes; y los Ángeles del Hijo del Hombre ser enviados con la Gran Voz de Trompeta, llamando y juntando a los escogidos en medio de la raza humana.
La señal del Hijo del Hombre en el cielo, vean ustedes, y el Hijo del Hombre en una nube en el cielo…; esto es como fue en el tiempo de la Primera Venida de Cristo, en donde hubo una señal en el cielo llamada la Estrella de Belén. Muchas personas estaban esperando la Venida del Mesías, pero no comprendían que en el cielo aparecería una señal.
Apareció aquella señal, y aquellos magos que vivían en el oriente, allá en la tierra de Babilonia, vieron esa señal en el cielo, y salieron rumbo a la tierra de Israel para buscar al Mesías; porque, estando esa señal en el cielo, el Mesías tenía que estar ya en la Tierra. Salieron a buscar al Mesías en la tierra de Israel, llegaron a la tierra de Israel, llegaron a Jerusalén, a la capital, y preguntaron por el Mesías:
[San Mateo 2:2] “… diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente”.
Y en Jerusalén no sabían nada acerca de la Primera Venida de Cristo, no sabían nada acerca de la Venida del Mesías. Y Su Venida estaba cumplida en Belén de Judea, allí en un establo; y ya llevaba dos años que esa Estrella estaba apareciendo, y ya llevaba dos años que el nacimiento del Mesías se había cumplido en Belén de Judea.
Y ahora, vean ustedes, la Primera Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre dos mil años atrás, pasó por diferentes etapas, desde que nació hasta que murió.
Durante todas esas etapas, encontramos que hubo muchas personas que ignoraron lo que estaba sucediendo en el Programa Divino en la Tierra, conforme a las profecías de Dios; pero hubo algunas personas que supieron lo que estaba sucediendo, como José y María. Ellos sabían que el Mesías ya estaba en el Tierra, que lo que estaban buscando aquellos magos ellos lo tenían; lo tenían allí en la casa, en Belén de Judea. Y cuando llegaron los magos a Belén de Judea se encontraron con el Mesías, que ya tenía aproximadamente dos años de edad, pero estaba en Su infancia, estaba en Sus primeras etapas el cumplimiento de la Primera Venida del Mesías.
Ese niñito tenía que crecer y llegar a la edad de aproximadamente 30 años para comenzar Su ministerio mesiánico, y cumplir lo prometido para la semana número setenta, para la primera parte de la semana número setenta, o sea, para los primeros tres años y medio.
Allí estaba el Mesías prometido para el pueblo hebreo en Sus primeras etapas; pero luego tenía que llegar a la etapa de aproximadamente 30 años para comenzar Su ministerio en medio del pueblo hebreo. Y cuando llegó a esa etapa cumplió el ministerio de tres años y medio, y murió en la Cruz del Calvario.
Y allí, muriendo en la Cruz del Calvario, llevó a cabo la parte más importante de Su Primera Venida, que fue tomar nuestros pecados y morir en la Cruz del Calvario por ellos, y así pagar el precio de la redención, para que nosotros podamos vivir eternamente.
Luego, tres días después, el domingo de resurrección, resucitó; y 40 días después ascendió al Cielo. Y luego de ascender al Cielo, diez días después, derramó de Su Espíritu Santo sobre 120 personas; y allí comenzó, en el Día de Pentecostés, en el aposento alto, allí comenzó la Iglesia del Señor Jesucristo, con 120 personas nacidas de nuevo, conforme a lo que Cristo había dicho: que era necesario nacer de nuevo, nacer de nuevo para entrar al Reino de Dios, nacer del Agua y del Espíritu[2].
Y ahora, podemos ver cómo comenzó, cómo nació la Iglesia del Señor Jesucristo. Y todo eso, vean ustedes, tenía que ver con la Primera Venida de Cristo, para así poder recibir el nuevo nacimiento (las personas), recibir el Espíritu de Cristo, y así recibir el espíritu teofánico de la sexta dimensión.
Y para el Día Postrero tenemos la promesa de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida del Hijo del Hombre en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y para la Iglesia del Señor Jesucristo eso será la Venida del Señor, la Venida del Hijo del Hombre; para los hebreos será la Venida del Mesías; y para muchas religiones será la Venida del Avatar de la Era de Acuario.
“Y la Tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar”, dice Habacuc, capítulo 2, verso 14, e Isaías, capítulo 11, verso 9.
La Tierra será llena del conocimiento de Dios, la Tierra será llena del conocimiento de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles; y así la Tierra recibirá las bendiciones del Hijo del Hombre en Su Venida, durante el Reino Milenial de nuestro Señor Jesucristo, el cual se sentará en el Trono de David, y reinará por mil años y luego por toda la eternidad. Por eso es tan importante la Venida del Hijo del Hombre en el Día Postrero.
Ese es el misterio más grande de todos los misterios. Ese es el misterio contenido en el Séptimo Sello de Apocalipsis, capítulo 8 y verso 1, el cual fue abierto en el Cielo; y cuando fue abierto en el Cielo, hubo silencio como por media hora en el Cielo.
¿Por qué hubo silencio en el Cielo como por media hora? Nadie en el Cielo conocía ese misterio, ni en la Tierra, ni en ningún lugar; pero cuando fue abierto ese misterio en el Cielo todos conocieron ese misterio, el misterio de la Segunda Venida de Cristo; y guardaron silencio para que no fuera interrumpido el cumplimiento de ese misterio aquí en la Tierra, para que el enemigo de Dios, el diablo, no pudiera interrumpir el Programa Divino correspondiente a la Segunda Venida de Cristo, a la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles; y así se llevara a feliz cumplimiento la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, y los escogidos fueran llamados y juntados, y se completara el número de los escogidos de Dios del Cuerpo Místico de Cristo; y los muertos en Cristo resucitaran y los santos que estamos vivos recibiésemos la transformación de nuestros cuerpos en este tiempo final, lo cual vendrá muy pronto; todavía no ha ocurrido, pero pronto vendrá.
Y luego todos seríamos a imagen y semejanza de Jesucristo, con cuerpos eternos y espíritus teofánicos eternos también; y estaríamos sobre la Tierra un grupo de millones de seres humanos redimidos con la Sangre de Cristo y con un cuerpo eterno, todos los de las edades pasadas con los de este tiempo en el cual nosotros vivimos, que serán llamados, juntados y colocados en el Cuerpo Místico de Cristo por el ministerio de los Ángeles del Hijo del Hombre, con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, llamando y juntando a los escogidos de Dios.
Miren todas las cosas que están ligadas a la Venida del Hijo del Hombre.
Los Ángeles del Hijo del Hombre, que son enviados, vean ustedes, están ligados a la Venida del Hijo del Hombre, porque el Hijo del Hombre vendrá con Sus Ángeles, o sea, con los ministerios de Moisés y Elías, para manifestar esos ministerios en el Día Postrero en Su Ángel Mensajero, en el profeta de la Dispensación del Reino, y por medio de ese profeta llamar y juntar a todos los escogidos de Dios.
Y el Hijo del Hombre, Jesucristo en Espíritu Santo, vendrá manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero, y por medio de Su Ángel Mensajero llamará y juntará a todos Sus hijos en el Día Postrero, y nos dará a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, como Él prometió en Apocalipsis, capítulo 4, cuando dijo:
“Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.
Esa es la Voz de Cristo en el Día Postrero; como también fue mostrada la Voz de Cristo en el Día Postrero, en el Día del Señor, en Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11. Juan dice:
“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”.
¿Y quién es el Alfa y Omega?, ¿quién es el primero y el último? Nuestro amado Salvador Jesucristo. Es la Voz de Jesucristo en el Día Postrero por medio de Su Ángel Mensajero, hablándonos y llamándonos y juntándonos en el Día Postrero, y dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
En Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, dice:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas…”.
¿De quién son los espíritus de los profetas? De Dios. Son espíritus teofánicos de la sexta dimensión.
“… el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
Ese Ángel Mensajero de Jesucristo, que le dio a Juan la revelación apocalíptica, es el Ángel Mensajero que Jesucristo envía en el Día Postrero con el Mensaje del Evangelio del Reino, para darnos la revelación de Jesucristo del Día Postrero, y así revelarnos el misterio de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, y así todos conocer el gran misterio del Día Postrero, que es la Segunda Venida de Cristo con Sus Ángeles.
Ahora, podemos ver que Juan el apóstol quiso adorar al Ángel que le mostraba estas cosas. Dice:
“¡He aquí, (yo) vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas.
Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”.
Ahora, podemos ver aquí que el Ángel no permitió que Juan lo adorara, aunque el Ángel era el velo de carne en el cual Jesucristo estaba manifestado, dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Pero el Ángel del Señor Jesucristo no es Jesucristo, él es solamente el velo de carne, el profeta mensajero de la Dispensación del Reino, ungido con el Espíritu Santo para el Día Postrero, para por medio de él Jesucristo en Espíritu Santo manifestarse y darle a conocer a Su pueblo todas estas cosas que deben suceder pronto, y así revelarle el misterio de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en este Día Postrero.
Por eso es que Jesús también dice en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16:
“Yo Jesús he enviado mi ángel (¿A quién dice que ha enviado? A Su Ángel Mensajero) para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
¿Para dar testimonio de qué cosas? De estas cosas que deben suceder pronto, y así obtener todos el conocimiento de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles y todas las cosas relacionadas a la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, como el recogimiento de los escogidos; como la Gran Voz de Trompeta, que es el Mensaje del Evangelio del Reino, con el cual estarían siendo llamados y juntados todos los escogidos de Dios; y la preparación para ser transformados y raptados en este Día Postrero.
Ahora veamos lo que dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo que será la Venida del Señor Jesucristo.
La Venida del Señor está presentada o profetizada en el libro del Apocalipsis en diferentes lugares, tales como Apocalipsis, capítulo 19, donde nos muestra la Venida del Señor, la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, el cual viene sobre un caballo blanco como la nieve.
Ahora, ¿quién es ese Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19? Es Jesucristo en Espíritu Santo, es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, es el Espíritu Santo; Él es el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19.
Dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo [Los Sellos, pág. 277]:
“[240]. … pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco, mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos”.
Y en el libro de Los Sellos, también, dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo, el reverendo William Branham, en la página 256, dice:
“121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.
La Palabra de Dios, el Verbo encarnado en un hombre en el Día Postrero, un hombre del Día Postrero; eso será la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19.
O sea que Jesucristo en Espíritu Santo vendrá manifestado en carne humana en un hombre del tiempo presente, en un profeta del tiempo presente. Y para el tiempo presente, para este Día Postrero, solamente hay un profeta señalado que estará en la Tierra, y ese es el profeta de la Dispensación del Reino, con el Mensaje del Evangelio del Reino; ese es el profeta llamado el Ángel del Señor Jesucristo, enviado para dar testimonio de todas estas cosas en las iglesias.
Ese es el mensajero del Señor Jesucristo, en el cual Jesucristo estará manifestado en Espíritu Santo, dándonos a conocer todos estos misterios de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, y el llamado de los escogidos de Dios para el Día Postrero, y la resurrección de los muertos en Cristo, y la transformación de nosotros los que vivimos. Todos estos misterios serán revelados en ese tiempo final a los hijos e hijas de Dios por Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, para así todos conocer los misterios de Dios revelados para el Día Postrero.
Y ahora, hemos visto en esta ocasión el misterio de “LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE EN EL DÍA POSTRERO”.
La Venida del Hijo del Hombre en el Día Postrero es la Venida del Verbo, de Jesucristo en Espíritu Santo, velado y revelado en Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Ese es el misterio de la Venida del Hijo del Hombre en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo en este Día Postrero, en medio de los gentiles.
El precursor de la Segunda Venida de Cristo, también hablando del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, nos dijo: “Del occidente vendrá un Jinete en un caballo blanco. Recorreremos esta senda una vez más”; mensaje o conferencia “El único lugar provisto por Dios para adorar”, página 2[3]. Ahí él profetizó de la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, y dijo: “Es una promesa”. Y si es una promesa, tiene que estar en la Biblia; y está en Apocalipsis, capítulo 19.
Y dice que será del occidente. Y el occidente, que es el oeste, es el continente americano. Y ya en el continente americano, en la parte norte, se cumplió la séptima etapa o edad de la Iglesia gentil, y solamente queda la parte de la América Latina y el Caribe para el cumplimiento de la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, para la Venida del Verbo en carne humana en el Día Postrero, en la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles.
O sea que los latinoamericanos y caribeños son los que tienen la promesa de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, para verla y recibirla, y recibir sus bendiciones.
Así como el pueblo hebreo tuvo las promesas de la Primera Venida de Cristo en medio de ellos, vino y cumplió todo lo relacionado a Su Primera Venida como el Cordero de Dios, y llevó a cabo la Obra de Redención allá en la Cruz del Calvario.
Y ahora, la Venida del Hijo del Hombre en el Día Postrero es como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo; y eso es para el occidente, o sea, para el continente americano, para la América Latina y el Caribe, para el continente latinoamericano y caribeño; en donde estará cumpliéndose la Edad de la Piedra Angular, y en donde se abre la Dispensación del Reino, y en donde se abre la predicación del Mensaje del Evangelio del Reino, por medio de la manifestación del Hijo del Hombre, por medio de la manifestación de Jesucristo, el Hijo del Hombre, en Espíritu Santo, a través de Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer todos estos misterios de Dios revelados para este Día Postrero.
¿Cómo conoceremos esta manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero? Fácil. Viene dando a conocer todas estas cosas, todos estos misterios de Dios revelados para este Día Postrero; y así nos abrirá todos estos misterios. Y con la apertura de estos misterios nos abrirá el entendimiento para poder comprender todas estas promesas divinas, todos estos misterios divinos, que serían revelados en el Día Postrero y serían cumplidos en el Día Postrero.
Ahora, miren ustedes, nos habla de los días postreros y nos habla del Día Postrero la Escritura.
Ahora, vean ustedes, San Pablo nos habla de los días postreros, y nos dice que Dios habló por medio de Jesucristo en los días postreros; y ya han transcurrido dos mil años aproximadamente. En Hebreos, capítulo 1, verso 1 al 3, es que San Pablo nos habla de los días postreros, y dice:
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo (y ya han transcurrido dos mil años)”.
¿Se equivocaría San Pablo diciendo que aquellos eran los días postreros? No se equivocó, porque un día delante del Señor es como mil años para los seres humanos.
Y los días postreros delante de Dios, para los seres humanos son los tres milenios postreros, que son: el quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio. Y cuando Jesús tenía de 4 a 7 años de edad comenzó el quinto milenio, y por consiguiente comenzaron los días postreros. ¿Ven que no hay ninguna contradicción en la Escritura?
San Pedro también, el Día de Pentecostés, predicando dijo que Dios había prometido derramar de Su Espíritu Santo (¿para cuándo?) para los días postreros; y eso era lo que estaba sucediendo allí el Día de Pentecostés. Eso está en el libro de los Hechos, capítulo 2, verso 14 al 20.
Y ahora, vean ustedes que los días postreros para los seres humanos son los tres milenios postreros. Por eso San Pedro en su segunda carta, capítulo 3, verso 8, nos dice que es algo que no podemos ignorar. Dice… Vamos a ver aquí cómo es que lo dice San Pedro. Dice:
“Mas, oh amados, no ignoréis esto (es algo que no se puede ignorar): que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”.
También el profeta Moisés en el Salmo 90, verso 4, dice la misma cosa.
Y ahora, vean ustedes cómo los días postreros comenzaron en los días de Jesús, y ya han transcurrido dos mil años, que delante de Dios solamente son dos días. De los tres días postreros delante de Dios, ya han transcurrido dos, si es que le añadimos al calendario los años de atraso que tiene; y ya estamos en el séptimo milenio, que para Dios es el Día Postrero; del cual Jesucristo habló en San Juan, capítulo 6, cuando habló acerca de los creyentes en Él y de la resurrección para ellos. Dijo… capítulo 6, verso 39 al 40, de San Juan, dice Jesús:
“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero”.
¿Para cuándo es que Jesucristo tiene comisión de resucitar a los creyentes en Él que han muerto? Dice que será para el Día Postrero.
“Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”.
El Día Postrero delante de Dios es el séptimo milenio para los seres humanos. Y si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, ya estamos en el séptimo milenio; y si no le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, pues solamente faltan tres años para comenzar el séptimo milenio. Así que no hay ningún problema.
Y es para el séptimo milenio en donde los muertos en Cristo van a resucitar primero y nosotros los que vivimos vamos a ser transformados. Pero antes de eso, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles tiene que ser cumplida, y tienen que ser llamados y juntados con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino todos los hijos e hijas de Dios, para ser preparados para ser transformados en este Día Postrero.
Ahora, hemos visto el misterio de la Venida del Hijo del Hombre y el propósito de la Venida del Hijo del Hombre como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, velado y revelado en Su Ángel Mensajero; viniendo Jesucristo en Espíritu Santo en el Día Postrero velado y revelado en Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer todos estos misterios revelados para el Día Postrero.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de “Los misterios de Dios revelados para el Día Postrero”.
En esta noche hemos tenido la tercera parte de este tema, titulada esta tercera parte: “LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE LLAMANDO Y JUNTANDO A LOS ESCOGIDOS DE DIOS”. Vamos a ver bien: “LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE EN EL DÍA POSTRERO”. Esa ha sido la tercera parte de nuestro tema, de estas tres conferencias, tituladas estas tres conferencias, esta serie: “Los misterios de Dios revelados para el Día Postrero”.
Hoy hemos visto “LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE EN EL DÍA POSTRERO”.
Ayer en la noche vimos “LA VENIDA DE LOS ÁNGELES DEL HIJO DEL HOMBRE EN EL DÍA POSTRERO”, y antes de ayer vimos “LA VENIDA DEL ÁNGEL DEL SEÑOR JESUCRISTO EN EL DÍA POSTRERO”.
Y vean ustedes, ¿quiénes estarían viviendo en el Día Postrero para ver el cumplimiento de estos misterios que serían revelados para el Día Postrero y serían cumplidos? Aquí estamos viviendo los que estaríamos viviendo y viendo estos misterios revelados en el Día Postrero y cumplidos en el Día Postrero.
Aquí estamos los que veríamos la Venida del Ángel del Señor Jesucristo, dando testimonio de estas cosas que deben suceder en el Día Postrero.
Y aquí estamos los que estaríamos presentes viendo la Venida de los Ángeles del Hijo del Hombre, llamando y juntando a los escogidos de Dios con la Gran Voz de Trompeta; y aquí estamos los que veríamos la Venida del Hijo del Hombre en el Día Postrero con Sus Ángeles, llamando y juntando a todos los escogidos de Dios.
Hemos visto este misterio o estos misterios de Dios revelados para el Día Postrero. Ya están revelados en este Día Postrero estos misterios, y hemos visto que todo sería más sencillo de lo que la humanidad se había imaginado.
Hemos llegado al tiempo en que los entendidos entenderán todas estas cosas que estarían sucediendo[4], porque estarán recibiendo en este Día Postrero al Ángel del Señor Jesucristo, que estaría dándoles testimonio de todas estas cosas que deben suceder en este Día Postrero; y así es como obtenemos el entendimiento de todos estos misterios de Dios revelados para este Día Postrero. No hay otra forma para poder comprender todos esos misterios de Dios revelados para este Día Postrero.
Ya están revelados todos estos misterios correspondientes al Día Postrero: La Venida del Ángel del Señor Jesucristo, que es la Venida del profeta de la Dispensación del Reino, en donde Jesucristo estaría manifestado en Espíritu Santo, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Hemos visto también lo que es la Venida de los Ángeles del Hijo del Hombre: son los ministerios de Moisés y Elías en el Ángel del Señor Jesucristo.
Hemos visto también lo que es la Venida del Hijo del Hombre en el Día Postrero: hemos visto que es la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero, manifestado, velado y revelado, hablándonos y llamándonos y juntándonos en este Día Postrero.
Y hemos visto todos estos misterios que están ligados a la Venida del Ángel del Señor, a la Venida de los Ángeles del Hijo del Hombre y a la Venida del Hijo del Hombre en este Día Postrero. Todos están ligados al ministerio de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero.
Hemos visto “Los misterios de Dios revelados en el Día Postrero”. Esta noche hemos visto: “LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE EN EL DÍA POSTRERO”.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes, amados amigos y hermanos presentes, radioyentes y televidentes, dándoles testimonio de los misterios de Dios revelados en el Día Postrero.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, nuestro Salvador, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también, y Dios llame y junte a todos Sus escogidos latinoamericanos y caribeños en este Día Postrero, y nos abra el entendimiento y nos llene del conocimiento de todos estos misterios revelados en este Día Postrero; y pronto todos seamos transformados y tengamos el nuevo cuerpo eterno, y vayamos a la Cena de las Bodas del Cordero, juntamente con los muertos en Cristo, que resucitarán en sus cuerpos eternos. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Que las bendiciones de Jesucristo sean sobre ustedes.
Y vamos a dejar al reverendo Miguel Bermúdez Marín para que les dé las direcciones y teléfonos a los cuales, amables amigos radioyentes y televidentes, ustedes podrán llamar o escribir, para así obtener literatura completamente gratis, y también pedir que les pasen videos con conferencias similares a esta, para obtener mayor entendimiento, mayor conocimiento de estos misterios de Dios revelados para este Día Postrero; y así ser preparados para ser transformados y raptados e ir a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo.
Vamos a pedirle por aquí al reverendo Miguel Bermúdez Marín pase para que les dé las direcciones y teléfonos a todos los amables amigos radioyentes que están en sintonía con esta radio emisora Amiga.
Que Dios les bendiga, y pasen todos muy buenas noches.
“LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE EN EL DÍA POSTRERO”.
[Revisión febrero 2023 – JR]
[1] San Juan 8:12
[2] San Juan 3:3-5
[3] Citas, pág. 166, párr. 1485
[4] Daniel 12:10