Primer Congreso Regional Juvenil Mineiro
Muy buenas noches, jóvenes, en este Primer Encuentro Juvenil Regional Mineiro. Es para mí una bendición muy grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor del Programa Divino correspondiente a este tiempo final.
Para lo cual vamos a leer en el Salmo 19, verso 1 en adelante, donde dice:
“Los cielos cuentan la gloria de Dios,
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Un día emite palabra a otro día,
Y una noche a otra noche declara sabiduría.
No hay lenguaje, ni palabras,
Ni es oída su voz.
Por toda la tierra salió su voz,
Y hasta el extremo del mundo sus palabras.
En ellos puso tabernáculo para el sol;
Y este, como esposo que sale de su tálamo,
Se alegra cual gigante para correr el camino.
De un extremo de los cielos es su salida,
Y su curso hasta el término de ellos;
Y nada hay que se esconda de su calor”.
Nuestro tema para esta noche es: “EL MISTERIO DE LAS TRES BIBLIAS”.
Tenemos la Biblia escrita; pero antes de tener esta Biblia escrita el ser humano tuvo la primera Biblia, que es el Zodiaco. Y ahí en el cielo, en toda esa creación celestial tenemos la primera Biblia, esa es la primera Biblia; y por eso es que en la Biblia escrita tenemos muchas profecías usándose cosas del cielo: como el sol, la luna, las estrellas, y las galaxias, las constelaciones, así por el estilo, los que componen el Zodiaco.
La Biblia nos habla en el libro de Job y en el libro de Amós acerca de las Pléyades, y también nos habla del Orión, y nos habla de la Osa Mayor y sus hijos[1]. ¿De qué nos está hablando? De estas cosas que están en el cielo, en el Zodiaco; porque es la primera Biblia, y conforme a esa primera Biblia está también la Biblia escrita.
El cielo con todas esas constelaciones es la primera Biblia; en el cielo está mostrada para la raza humana la primera Biblia. Por eso Dios le dijo a Abraham: “Mira los cielos”; y en los cielos estaba la profecía de la simiente de Abraham, ahí estaba escrita en la primera Biblia: “Mira los cielos (por lo tanto, fue en una noche estrellada), mira las estrellas, y cuéntalas, si las puedes contar”[2].
Todavía los científicos con todos los instrumentos que tienen no las han podido contar todas; y cuando piensan que han contado ya todas las estrellas, obtienen unos telescopios mejores, y dicen: “Es mucho mayor la cantidad de estrellas que hay de lo que habíamos pensado”.
Ahora podemos ver que en la primera Biblia estaba escrito que Abraham tendría descendencia. ¿Y dónde estaba escrito? Ahí en los cielos. Esas estrellas que Abraham estaba mirando representaban la descendencia de Abraham: la descendencia de Abraham según la carne, o sea, la descendencia terrenal, y la descendencia de Abraham celestial, que son los hijos e hijas de Dios pertenecientes al Cuerpo Místico de Cristo.
Miren dónde estaban escritos ahí estos hijos e hijas de Abraham: en la primera Biblia. Y por eso es que en la segunda Biblia y en la tercera Biblia también aparecen; porque lo que está en la primera Biblia también aparece en la Biblia escrita.
Aparecen aquí en la Biblia escrita los descendientes de Abraham según la carne y los descendientes de Abraham según Jesucristo: trayendo hijos e hijas de Abraham por medio de creer en Jesucristo como nuestro Salvador, recibir Su Espíritu Santo; y así nacer de nuevo en el Reino de Dios como hijos de Abraham por medio de Jesucristo, el Hijo de Abraham, que ha estado teniendo más hijos que cualquier otro hijo de Abraham.
Algunas personas han pensado: “Qué bueno hubiera sido que Jesucristo hubiera tenido hijos”, pero miren, es el más hijos que ha tenido.
Hijos e hijas de Dios son los hijos de Jesucristo por medio de creer en Cristo, lavar nuestros pecados en la Sangre de Cristo y recibir Su Espíritu Santo, y producirse así el nuevo nacimiento; y han estado naciendo millones de hijos de Dios por medio de Jesucristo. Todos son hijos de Jesucristo y por consiguiente son hijos de Dios.
Es el hombre que más hijos ha tenido, e hijos con vida eterna. Porque el que cree en Jesucristo “tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a Vida”[3].
Y miren, en la primera Biblia, ¿dónde estábamos? Estábamos ahí representados en las estrellas; ahí están representados también los mensajeros, los profetas de cada edad y de cada dispensación.
Cuando usted ve una estrella más grande que las demás estrellas, esa estrella representa un mensajero para una edad; pero cuando ve una estrella más grande que todas las estrellas, esa estrella representa a Jesucristo, el Mensajero mayor. Y por eso es que Jesucristo dice que Él es la Estrella resplandeciente de la Mañana[4].
Y Él dice: “Al que venciere, yo le daré la Estrella de la Mañana” [5], o sea que le dará la Segunda Venida de Cristo. El Vencedor es el que verá y recibirá la Segunda Venida de Cristo; y con él todos los que estarán en la Tierra recibiendo Su Mensaje, estarán recibiendo también la Venida de Cristo, la Venida de la Estrella resplandeciente de la Mañana.
Y estarán mirando cara a cara la Estrella resplandeciente de la Mañana: a Jesucristo velado y revelado a través de Su Ángel Mensajero; así como Jesucristo se reveló por medio de cada ángel mensajero, y Jesucristo resplandeció por medio de cada ángel mensajero en las siete edades de la Iglesia gentil. Fue Cristo en cada ángel mensajero, y por eso ellos fueron las siete estrellas de las siete edades[6].
Pero para el Día Postrero estará la Estrella resplandeciente de la Mañana; y ahí estará la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo en el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo. Esa es la forma en que la Estrella resplandeciente de la Mañana resplandecería en el Día Postrero.
Y la Biblia, la primera Biblia, contiene la Estrella resplandeciente de la Mañana; y por eso la Biblia escrita también habla de la Estrella resplandeciente de la Mañana.
Y miren ustedes, la primera Biblia: el Zodiaco, con todas esas constelaciones; luego, la segunda Biblia es la naturaleza y la pirámide allá de Egipto construida por Enoc. En esa Biblia de la pirámide se encuentra todo lo que está en la primera Biblia; pero se encuentra ya no en forma de estrellas y de soles y de luceros, y de luna y de sol, sino que se encuentra en medidas y en lugares que están en esa pirámide.
Por ejemplo, tenemos la cámara del rey, que representa el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, y representa el Lugar Santísimo del Templo de Dios en el Cielo, y representa la Edad de la Piedra Angular.
Por eso es que en la pirámide de Enoc (esa pirámide allá en Egipto) encontramos que contiene también un lugar (antes de la cámara del rey) donde se para un mensajero, que es el precursor de la Segunda Venida de Cristo, anunciando al Rey, precursando la Venida del Señor para el Día Postrero, la Venida del Señor al Lugar Santísimo de Su Templo espiritual; porque Él ha estado en el Lugar Santo de Su Templo espiritual, pero tiene que entrar al Lugar Santísimo de Su Templo espiritual.
¿Quién tiene que entrar? Jesucristo en Espíritu Santo, y velarse y revelarse a través de carne humana en Su Templo espiritual, en ese Lugar Santísimo, que es el lugar del Trono de Jesucristo; y es el lugar que representa el Lugar Santísimo del Templo que está en el Cielo, y representa el Trono de Dios en el Cielo. Ahí estará, en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, el Trono del Señor Jesucristo.
Y: “Al que venciere, Yo le daré que se siente conmigo en Mi Trono”[7]; eso es para la Edad de la Piedra Angular. En el mismo lugar donde estará Jesucristo estará Su Ángel Mensajero, que es el Vencedor que en el Día Postrero estaría dándonos el Alimento a tiempo; y es el que se sentará con Cristo en Su Trono, allá en Jerusalén, para reinar con Cristo en ese glorioso Reino Milenial.
El Trono del Señor Jesucristo, el trono literal, es el Trono de David, en el cual se sentará y reinará por mil años, y luego por toda la eternidad. El Arcángel Gabriel nos habla de esto en San Lucas, capítulo 1, versos 30 en adelante, cuando le apareció a la virgen María, le dijo (dice así):
“Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.
Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús.
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre…”.
¿Cuál es el trono que Cristo tendrá en la Tierra para reinar sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones? Es el trono de David. Ese trono que ha estado desocupado por miles de años va a ser ocupado por Jesucristo. Y: “Al que venciere, Yo le daré que se siente conmigo en Mi Trono”, en ese Trono de David.
“… y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”.
Es un Reino para toda la eternidad, y es un Trono que estará ocupado por toda la eternidad.
Y Cristo estará sentado en Su Trono, el Trono de David, el cual Él reclama en Su Venida en este Día Postrero; y con Él se sentará el Vencedor, que es el Ángel del Señor Jesucristo en el Día Postrero; por eso es que viene Cristo en Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero.
Y Cristo realiza Su Obra de Reclamo, en donde estará reclamando Su Iglesia redimida con Su Sangre; y estará reclamando Su Trono, el Trono de David, para sentarse en él y reinar por mil años, y luego por toda la eternidad.
La primera Biblia, la segunda Biblia y la tercera Biblia (la Biblia escrita) dan testimonio de este evento correspondiente al tiempo final.
Ahora podemos ver cómo para el Día Postrero las tres Biblias se estarán cumpliendo en lo que corresponde al Día Postrero; así como se han cumplido en lo correspondiente a las siete edades de la Iglesia gentil, y también al lapso de tiempo del trato de Dios con el pueblo hebreo, y al tiempo correspondiente al tiempo de Abraham, y al tiempo de Noé, y al tiempo de Set, y al tiempo de Adán.
Vean cómo todo se ha cumplido de acuerdo a como está en la primera Biblia, la segunda Biblia y la tercera Biblia.
Ahora, antes de tener la tercera Biblia, la Biblia escrita, tuvimos la primera Biblia: el cielo con todo el universo, con todas esas galaxias; y en el cielo tenemos el Zodiaco, donde se lee las cosas que encontramos en esta Biblia escrita.
Por eso ustedes encuentran en la Biblia escrita que se habla de la virgen, y en la primera Biblia encontramos en el Zodiaco la constelación de la virgen o Virgo.
También se nos habla en la primera Biblia del carnero, y la Biblia escrita nos habla del Carnero de la Expiación, que es nuestro amado Señor Jesucristo, el cual es el Cordero de Dios, el Cordero Pascual.
También se nos habla en la primera Biblia de la constelación de Leo, que es Jesucristo el León de la tribu de Judá para Su Segunda Venida.
Por eso la Biblia anuncia en Apocalipsis, capítulo 5, versos 1 en adelante, para el tiempo en que el Libro de los Siete Sellos tenía que ser abierto en el Cielo, se nos anuncia la presencia del León de la tribu de Judá. Dice así:
“Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos (eso es lo que Juan el apóstol vio en el Cielo, cuando él subió al Cielo).
Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?”.
Había llegado el tiempo de abrir el Libro de la Redención, este Libro sellado con Siete Sellos, que es el Título de Propiedad de los Cielos y de la Tierra.
“Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo”.
Ningún ser humano que había nacido en este planeta Tierra era digno de tomar ese Libro y abrir Sus Sellos, ni siquiera era digno ningún ser humano de leer el contenido de ese Libro.
¿Tan importante es ese Libro? Claro que sí; es el Libro de la Vida del Cordero, es el Libro de la Redención, y contiene los nombres de todos los redimidos por la Sangre de Jesucristo. Es el Libro donde están escritos los nombres de todas las ovejas del Señor Jesucristo, del Buen Pastor; por eso Él dijo: “Yo conozco Mis ovejas, y las Mías me conocen; y yo las llamo por su nombre”[8], pues tienen escritos sus nombres en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo.
Sigue diciendo:
“Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo”.
¿Y no estaban allí los profetas de Dios que ya habían partido? Claro que sí. Aun allí estaban los apóstoles; pues cuando Juan vio los veinticuatro ancianos sentados sobre veinticuatro tronos[9], esos veinticuatro ancianos son los doce patriarcas y los doce apóstoles; y Juan allí estaba como uno de los doce apóstoles, estaba allí representado en esa visión: Juan estaba viendo entonces a Juan.
¿Es posible verse uno mismo? Si en el espejo usted puede ver su imagen, cuánto más en el espejo de Dios y en una visión apocalíptica como la que estaba siendo mostrada aquí.
Los profetas de Dios, vean ustedes, habían visto la Venida del Mesías antes de cumplirse la Venida del Mesías. Y Juan aquí está viéndose él antes de él partir de esta Tierra y de llegar a este tiempo en donde este Libro tiene que ser abierto; él estaba viendo anticipadamente todo lo que iba a suceder en el tiempo final.
Y por eso él estaba viendo allí todos los apóstoles del Señor Jesucristo, excepto Judas Iscariote, el cual fue sustituido cuando vendió su primogenitura. Y ahora él no está allá, no estaba allí tampoco en ningún momento; pero ese lugar, vean ustedes, estaba ocupado por un apóstol, el cual fue colocado en lugar de Judas Iscariote[10].
Ahora podemos ver que todos los que estarán en la eternidad están en la primera Biblia, en la segunda Biblia y en la tercera Biblia también.
Y ahora podemos ver que este Título de Propiedad es tan importante que ni en el Cielo, ni en la Tierra, ni debajo de la Tierra hubo un hombre digno que pudiera tomar ese Libro y abrir sus Sellos; porque todos habían venido por medio de la unión de un hombre y de una mujer, que fue la forma establecida por Eva y Adán al caer.
Al pecar delante de Dios fue establecida la forma en que los seres humanos vendrían a esta Tierra; pero por causa de venir en esa forma, vendrían como mortales, en un cuerpo mortal, corruptible y temporal; y vendrían con espíritus del mundo, o sea, espíritus de la quinta dimensión, el cual tomarían al nacer el cuerpecito físico por medio de papá y mamá, en el nacimiento de ese cuerpecito, normalmente al cumplirse los nueve meses. Otros nacen antes, pero de todas formas nacen en un cuerpo mortal, corruptible y temporal; comienzan a usar el cuerpo algunos dos meses antes; pero con todo y eso, al final el cuerpo físico tiene que morir, tiene que desaparecer, porque es temporal. Y lo que es tomado del polvo, al polvo volverá[11]; así está establecido.
Ahora, encontramos que Cristo dijo: “Si el Grano de Trigo no cae en tierra y muere, Él solo queda (o sea que todos los demás seres humanos tenían que morir); pero si el Grano de Trigo cae en tierra y muere, mucho fruto lleva (o sea, muchos granos de trigo)”[12]. Y así el Grano de Trigo, que es Jesucristo, el Hijo del Hombre, al morir en la Cruz del Calvario dos mil años atrás, luego resucitó y ascendió al Cielo, y Su Espíritu Santo descendió a la Tierra y ha estado en Su Iglesia.
Su Iglesia es el Cuerpo del Espíritu Santo; el Cuerpo donde ha morado el Espíritu Santo durante las siete edades de la Iglesia gentil, y en este tiempo final en la Edad de la Piedra Angular.
La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo; o sea que ahora Jesucristo está en la forma de Su Iglesia, está en la forma de una Planta de Trigo. El grano de trigo cuando es sembrado en tierra, luego nace, y lo que ustedes ven no es un grano de trigo, es una planta de trigo; y ahí está la vida que estaba en ese grano de trigo.
Si ustedes toman un granito de maní o de maíz, o una semilla o un mango, ustedes podrán ver que tiene una cáscara el maní, el maíz pues tiene una cubierta; y luego rompen esa capa, y pasan más adentro y ven algo más, pero todavía no están viendo la vida; pero ustedes siguen más adentro, y tanto en el grano de maíz como en el grano de maní y como en el mango, ustedes encontrarán en la semilla del mango una cosita pequeñita y esa es la vida de ese mango. Si usted le quita eso y siembra esa semilla nunca va a nacer un árbol de mango; pero si usted siembra esa semilla teniendo esa cosita pequeña, que es la vida, la semilla, la simiente de ese mango, pues va a tener un árbol de mango; y así es también con la semilla de maní y es también con el maíz.
Y el ser humano es así también: tiene la parte exterior, que es el cuerpo; más adentro tiene otro cuerpo de otra dimensión llamado el espíritu. Los que han nacido de nuevo, pues tienen un cuerpo teofánico o un espíritu teofánico que han recibido de parte de Jesucristo.
Ahora, el cuerpo físico está representado en el templo por el atrio; el espíritu está representado en el lugar santo; y luego más adentro, dentro del espíritu, está el alma de la persona, y está representado en el templo el alma de la persona en el lugar santísimo.
En esa misma forma que Dios ha hecho o que Dios ordenó a Moisés y a Salomón construir el templo, ha sido construido el ser humano; porque el ser humano es un templo, es un templo para Dios.
Lo que sucede es que muchas personas han metido en su vida muchas cosas que no pertenecen a Dios, y han hecho lo que han hecho muchas personas y naciones con los templos: que han metido idolatría e ídolos dentro de los templos, en vez de meter dentro del templo a Dios y Su Palabra.
Y en el alma de la persona debe estar Dios morando ahí, porque ese es el lugar para morada de Dios en el ser humano. Pero el ser humano que llena su alma, y luego su espíritu y su cuerpo, de cosas que no son de Dios: está dañando ese templo de Dios; y Dios le pedirá cuenta.
Dice la Escritura que el que destruya el Templo de Dios será destruido por Dios[13]. Ahora podemos ver que esto es así para el individuo que destruye su cuerpo y su espíritu y su alma; y también para toda persona que persiga a los hijos e hijas de Dios que son parte del Templo espiritual de Cristo.
Los que han perseguido a la Iglesia del Señor Jesucristo han estado destruyendo el Templo de Cristo, que es Su Iglesia; y Dios los destruirá a ellos en el día de venganza del Dios nuestro.
Ahora, hemos visto la forma en que el ser humano está construido o creado. Esa es la misma forma en que Moisés y Salomón construyeron el templo o los templos que ellos construyeron, que eran para morada de Dios en el lugar santísimo de ese templo, para estar allí la Gloria de Dios manifestada sobre el propiciatorio, en medio de los dos querubines de oro.
Salomón, en adición, hizo dos querubines de madera de olivo y los cubrió de oro, y los colocó también en el lugar santísimo, uno a cada lado; y en medio de ellos colocó el arca del pacto, donde estaba la Gloria de Dios manifestada. Los dos querubines de olivo representan a los Dos Olivos, que son Moisés y Elías, conforme a Apocalipsis, capítulo 11, y Zacarías, capítulo 4.
Ahora podemos ver que en el templo está lo mismo que está en la primera Biblia. Todo eso está tanto en la primera Biblia como en la segunda Biblia, como en la Biblia escrita.
Y ahora, las dimensiones han sido creadas así también, y el universo completo ha sido creado en la misma forma.
Y para que tengan una idea de lo que es el lugar santísimo en la creación del universo… Miren ustedes, Dios está creando todavía, Dios no se ha detenido; los científicos dicen que el universo sigue creciendo y siguen apareciendo nuevas estrellas y nuevas galaxias; porque Dios está creando, Dios no se ha detenido.
Y no solamente está creando en el universo, sino que está creando personas, hijos e hijas de Dios, por medio de creer en Cristo como nuestro Salvador y recibir Su Espíritu Santo; Él está creando una nueva raza.
Ese es un misterio grande que la raza humana no ha podido comprender todavía; y algunos piensan que recibir a Cristo como nuestro Salvador es uno meterse a una religión, pero eso no es así: es uno entrar al Programa de Creación de Dios, en donde Dios está creando seres, personas a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.
Y primero le crea su cuerpo teofánico, y esa es la imagen de Dios: el cuerpo teofánico; y luego nos creará el cuerpo físico y eterno que Él ha prometido para todos nosotros. O sea que el Programa de Jesucristo es más grande de lo que los seres humanos se imaginan; no es un asunto de meterse a una religión, sino de entrar al Programa de Creación de Dios.
Apocalipsis, capítulo 3, verso 14, dice que Jesucristo es el Principio de la Creación de Dios, y nosotros somos la continuación de la Creación de Dios. Dios está creando una nueva raza.
Así como ha venido una raza caída, así como ha venido una generación de seres mortales a esta Tierra por medio de Adán y Eva, a causa del problema que hubo allá, en donde se mezcló la raza humana con la raza animal, encontramos que esta raza, siendo una raza caída, no tiene promesa de vida eterna; tiene que entrar la persona a una Nueva Creación[14], tiene que venir por medio del segundo Adán, que es Jesucristo.
Y para venir por medio del segundo Adán y nacer por medio del segundo Adán: la persona cree en Cristo como su Salvador, lava sus pecados en la Sangre de Cristo, y recibe Su Espíritu Santo; y así ha nacido de nuevo la persona y ha nacido en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Iglesia del Señor Jesucristo; ha nacido en Cristo, Cristo en la forma de Su Iglesia, en la forma de esa Planta de Trigo que llevaría mucho fruto; porque Cristo por medio de Su Iglesia estaría dando fruto en abundancia, muchos hijos e hijas de Dios. Ese es el fruto que da Jesucristo, el Grano de Trigo, por medio de Su Iglesia.
Para el Día Postrero estarán maduros los escogidos de Dios, el trigo de Dios, estarán en la copa del árbol de trigo: madurarán con la Luz del Sol de Justicia, resplandeciendo sobre ellos la Luz de la Segunda Venida de Cristo. Maduraremos a tal grado que seremos cosechados como hijos e hijas de Dios, seremos adoptados en el Reino de Dios como hijos e hijas de Dios; y así estaremos colocados en la posición de hijos e hijas de Dios con un cuerpo eterno y con un espíritu teofánico eterno también.
Y será, cada uno de ustedes y cada escogido de las edades pasadas y yo también, templos del Señor Jesucristo, para morada de Jesucristo en Espíritu Santo en toda Su plenitud; y ahí estará la manifestación del Espíritu Santo en toda Su plenitud en cada uno de ustedes y en mí también. Y así la raza humana tendrá en medio de ella una nueva raza, iguales a nuestro amado Señor Jesucristo.
Ahora, lo primero que Él nos crea es nuestro cuerpo teofánico, el cuerpo de la sexta dimensión.
Y para el Día Postrero Él ha prometido la resurrección para los muertos en Cristo; Él dice: “… y yo le resucitaré en el día postrero”[15]. Y ahí es donde recibiremos el cuerpo nuevo y eterno; los muertos en Cristo lo recibirán y nosotros los que vivimos también lo recibiremos; porque seremos transformados, seremos cambiados en nuestros átomos, y entonces tendremos el cuerpo eterno.
Dios dijo en Isaías, capítulo 60, verso 7: “Yo glorificaré la Casa de Mi gloria”, y la Casa de Su gloria es Su Iglesia; y todos los miembros de Su Iglesia estarán en cuerpos glorificados.
La Iglesia de Jesucristo será glorificada y todos tendremos el cuerpo eterno; y será una poderosa Iglesia, con Sus escogidos de las edades pasadas resucitados en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos con cuerpos eternos también. Y eso será una nueva raza, no solamente con cuerpo espiritual o teofánico de la sexta dimensión, sino también con el cuerpo físico, visible y eterno; y también interdimensional, con el cual podremos viajar a otras dimensiones y a otros planetas y a otras galaxias, y también en la Tierra a otros lugares, sin necesidad de buscar un automóvil o un avión para transportarnos, porque caminaremos a tal velocidad que ni el pensamiento lo alcanzará.
Ahora, a la velocidad del pensamiento no hay otra cosa que los seres humanos hayan hecho. La velocidad del pensamiento es más rápida que la velocidad de la luz y es más rápida que cualquier otra cosa que la ciencia haya inventado.
Y a la velocidad del pensamiento usted se echa la misma cantidad de tiempo de donde usted está a donde yo estoy, que de donde usted está al planeta Júpiter. Piense en el planeta Júpiter, ya está allí; piense en estar aquí, ya está aquí. ¿Ve que es el mismo tiempo?
No hay diferencia de tiempo, porque ahí la dimensión de tiempo no está, no es un estorbo; y la dimensión de materia no es un estorbo tampoco; porque será un cuerpo glorificado.
Será un cuerpo como el de nuestro Señor Jesucristo, el cual, con las puertas cerradas los discípulos, reunidos en Jerusalén, cuando Cristo ya resucitó, fue a ellos y estaban las puertas cerradas, y entró sin nadie abrirle las puertas[16]; porque podía pasar a través de las paredes, porque podía caminar en otra dimensión: llegar al lugar donde tenía que llegar y entonces volver a esta dimensión visible, y aparecerle a los discípulos; y después se desaparecía delante de ellos porque se iba a otra dimensión.
Así es el cuerpo también que Jesucristo ha prometido para cada uno de ustedes y para mí también. No tendremos limitaciones como Jesucristo tampoco tiene limitaciones.
Ahora podemos ver la bendición tan grande que Cristo tiene ordenada desde antes de la fundación del mundo para cada uno de ustedes y para mí también.
Ahora, hemos visto la construcción o creación del ser humano.
Hemos visto la Creación antigua, de la cual Adán es el primero; y hemos visto la Nueva Creación, de la cual Jesucristo es el primero. Él es el principio de esa Nueva Creación con vida eterna, para vivir por toda la eternidad.
Esa es la Nueva Creación que heredará toda la herencia divina. Y este Título de Propiedad contiene toda la herencia divina; y por eso es que este Título de Propiedad se ha mantenido en la diestra de Dios desde la caída de Adán.
Y para el tiempo final, para el Día Postrero, tiene que ser abierto este Título de Propiedad; y ningún hombre fue hallado digno. ¿Y dónde estaba Jesucristo? ¿Y los Arcángeles Gabriel y Miguel y demás arcángeles no eran dignos? Eran dignos, pero la cosa es que tenía que ser un ser humano.
Y los Ángeles de Dios encontramos que han estado delante de Dios, pero ellos no se han materializado en todos estos tiempos para estar como seres humanos aquí en la Tierra, viviendo y compartiendo con los seres humanos; por lo tanto, Gabriel y Miguel no podían tomar ese Título de Propiedad, ni los demás ángeles allá en el Cielo.
Tenía que ser un hombre que no estuviera contaminado con el pecado cuando vino aquí en la Tierra, que hubiera venido por medio de Creación Divina; y solamente un hombre luego de la caída ha venido por Creación Divina, sin pecado; porque el primero que había venido pecó y ya no califica para tomar ese Libro, él lo tuvo y perdió los derechos a tenerlo y a todo el contenido de ese Libro.
Y ahora Cristo es el único que podía tomar ese Libro y no aparecía. ¿Dónde estaba? Estaba en el Lugar Santísimo del Templo que está en el Cielo haciendo intercesión en el Propiciatorio hasta que el último de los escogidos de Dios entrara.
O sea que cuando esto sucede en el Cielo, cuando sucede literalmente, Cristo está haciendo intercesión por Sus últimos escogidos que estarán viviendo en la Tierra, y que estarán siendo llamados y juntados, y colocados en Su Cuerpo Místico de creyentes, en la Edad de la Piedra Angular.
O sea que lo que aguantaba que ese Libro fuera tomado, cuando se pidió que se abriera ese Libro, eran los escogidos de la Iglesia del Señor Jesucristo que estaban siendo llamados, y tenía que completarse el número de esos escogidos; o sea que se estaba llevando a cabo la Obra del recogimiento de los escogidos del Día Postrero en la América Latina y el Caribe.
O sea que del recogimiento de los escogidos del Día Postrero, de la Edad de la Piedra Angular, en la América Latina y el Caribe, depende la apertura de este Libro allá en el Cielo; depende el Título de Propiedad en la diestra de Dios, para que sea tomado y abierto en el Cielo, y traído a la Tierra.
Ahora podemos ver en el Programa Divino estos misterios del Reino de Dios.
Ahora, miren aquí, Juan lloraba mucho porque no se había hallado ninguno digno. Y si no se encontraba ninguno digno que tomara ese Libro y lo abriera, todas las cosas volverían a lo que eran antes de la Creación; o sea que volverían a la nada las cosas que ya están creadas; todo volvería a Dios, y todo sería como era antes de la Creación: Dios solamente existiendo.
Es lo mismo que Cristo dijo: “Si el Grano de Trigo no cae en tierra y muere, Él solo queda”, solamente quedaría Dios manifestado en Su cuerpo llamado Jesucristo y nadie más podía continuar existiendo; y eso sí que a cualquiera que conoce esta situación siente deseos de llorar.
Y Juan lloraba mucho, pero le fue dicho por un Anciano: “No llores”. Cuando le dicen a uno: “No llores”, y le colocan la mano en el hombro o en la cabeza y le dicen: “No llores”, comienza uno a ser consolado; y comienzan a decirle cosas bonitas a uno para consolar a uno, y cosas que le ayudan a uno para recuperarse de la tristeza. Y a Juan le dan las buenas noticias de la Venida del León de la tribu de Judá, para tomar el Libro y abrir sus Sellos. Dice:
“Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.
Y miré…”.
Ahora, miren ustedes, el León de la tribu de Judá: aquí en la Biblia, la tercera Biblia, está el León; y en el Zodiaco está también el león, está esa constelación de Leo.
Y ahora, aquí, el Anciano dice que el León ha vencido y es digno para tomar el Libro y abrir sus Sellos, o sea, para tomar el Libro de la Redención, el Título de Propiedad de toda la Creación.
“Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.
Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos;
y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”.
Podemos ver aquí a los redimidos de Dios ya habiendo obtenido la bendición de la redención, habiendo obtenido el perdón de sus pecados, al ser llamados y juntados, y lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, y haber recibido el Espíritu de Jesucristo.
Ahora, podemos ver que para cumplirse este pasaje apocalíptico tiene que completarse todo lo que fue visto aquí en el Cielo: tenían que completarse los 24 ancianos, que son los 12 apóstoles y los 12 patriarcas; y también tienen que completarse las siete estrellas, que son los siete ángeles mensajeros, que son los siete ojos que están en los siete cuernos del Cordero; y los siete cuernos pues son las siete edades.
Todo eso tiene que estar completo: para en el Día Postrero este Título de Propiedad ser tomado de la diestra del que está sentado en el Trono y ser abierto en el Cielo, y luego ser traído a la Tierra, al Cuerpo Místico de Cristo, y ser entregado al mensajero que esté en ese tiempo alimentando a los hijos de Dios en la Casa de Dios, en la Edad de la Piedra Angular; y ese es el Ángel del Señor Jesucristo, el que estará en la Tierra en este Día Postrero como el siervo fiel y prudente alimentando a los hijos e hijas de Dios.
Por eso es que para este Día Postrero el Título de Propiedad, el Libro de la Redención, regresa a la Tierra para la restauración de cada hijo e hija de Dios a la vida eterna con un cuerpo eterno. De esto da testimonio la primera Biblia, el cielo, con esas constelaciones del Zodiaco; y también la segunda Biblia da testimonio de esto; y la tercera Biblia también da testimonio de esto.
Ahora, el contenido de la Biblia —de la primera Biblia, segunda Biblia y tercera Biblia— se ha estado materializando en seres humanos.
Y ahora, encontramos que la Iglesia del Señor Jesucristo es la Biblia materializada: la primera, segunda y tercera Biblia materializada. Todo el Programa Divino con Sus escogidos es materializado en Su Iglesia.
Y al ver la Iglesia del Señor Jesucristo, perteneciente al Lugar Santo y también los pertenecientes al Lugar Santísimo, estamos viendo el contenido de la primera Biblia, segunda Biblia y tercera Biblia con relación a los hijos e hijas de Dios.
Vean ustedes cómo la primera Biblia, segunda Biblia y tercera Biblia dan testimonio de lo que Cristo estaría haciendo.
Podemos ver que los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de Sus manos. Y en la Iglesia del Señor Jesucristo encontramos la Obra de las manos de nuestro Señor Jesucristo; y la Iglesia del Señor Jesucristo da testimonio y cuenta la Obra de Dios: da testimonio de la Gloria de Dios manifestada en Ella de edad en edad, y da testimonio de la Gloria de Dios para la Edad de la Piedra Angular, en donde estará Dios en toda Su plenitud manifestado.
Pero primero aparece Dios manifestado gradualmente de edad en edad en Su Templo; hasta que en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, ocurre el cambio, o sea, se lleva a cabo un avance en la manifestación de Dios: de las primicias se pasa a la plenitud.
Cuando tengamos el cuerpo nuevo, ya en la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Lugar Santísimo, en nosotros como individuos estará la Gloria de Dios manifestada en toda Su plenitud.
Y la Iglesia da testimonio de la Gloria de Dios manifestada en Ella de edad en edad hasta nuestro tiempo, lo mismo que cuentan los cielos; porque los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de Sus manos. Pero miren ustedes, el salmista dice: “Sin palabras”.
Y ahora, en la Iglesia del Señor Jesucristo, en donde se cumple la primera, segunda y tercera Biblia, esa Iglesia del Señor Jesucristo cuenta la Gloria de Dios con palabras, mostrando con palabras los hechos de nuestro Señor Jesucristo de edad en edad y de dispensación en dispensación, hasta llegar a nuestro tiempo, en donde la Gloria del Señor Jesucristo está prometida para ser manifestada en toda Su plenitud.
Ahora miren cómo la Iglesia del Señor Jesucristo cuenta la Gloria de Dios, da testimonio de la Gloria de Dios; así como los cielos —sin palabras— dan testimonio de la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de Sus manos.
Les había dicho hace como media hora, más o menos, que el universo también ha sido construido o creado en la misma forma, con el mismo Plano que Dios ha hecho Su Templo en el Cielo. Y con el mismo plano que Moisés construyó el tabernáculo y Salomón construyó el templo, con ese mismo Plano Jesucristo ha estado construyendo Su Iglesia; con ese mismo Plano Dios creó al ser humano, de acuerdo a ese mismo Plano apareció Jesucristo.
Miren, siendo Jesucristo el Templo humano de Dios, donde moró Dios en toda Su plenitud, tenía atrio: Su cuerpo físico; tenía lugar santo: el Espíritu que estaba dentro de Él; y tenía alma: que es Dios. Y así es como Dios ha estado creando al ser humano, también Moisés construyendo el tabernáculo, Salomón construyendo el templo y Dios construyendo una nueva raza; y en esa misma forma Dios ha construido, ha creado el universo.
Y ahora, ¿cuál es el lugar santísimo del universo? Es una buena pregunta. ¿Cuántos quieren saber cuál es el lugar santísimo del universo?, ¿quieren que les diga mañana? Ustedes son como yo, que lo que Dios tiene para nosotros lo queremos en el momento; y nosotros lo queremos en nuestra edad todo lo que Dios tiene.
El nuevo cuerpo nosotros lo queremos para nuestro tiempo; por eso es que no decimos que los escogidos van a recibir el nuevo cuerpo en otra edad que va a venir. No. Eso lo podían decir los apóstoles y los siete ángeles mensajeros, que sería para una nueva edad que vendría y para una nueva dispensación; pero nosotros decimos: “Esa nueva edad y esa nueva dispensación es nuestra edad: la Edad de la Piedra Angular, y nuestra dispensación: la Dispensación del Reino, y es para nuestro día: el Día Postrero, el séptimo milenio”.
Por eso todo lo queremos lo más pronto posible en nuestro tiempo. El cuerpo nuevo lo queremos lo más pronto posible, que pronto todos seamos transformados y tengamos el nuevo cuerpo, conforme a como Cristo lo ha prometido.
Que pronto los escogidos que faltan de ser llamados y juntados, sean llamados y sean juntados, y se complete el número de los escogidos de Dios; y así Cristo salga del Lugar Santísimo, y tome el Libro, lo abra en el Cielo, y luego lo traiga a la Tierra; y reclame a todos los santos del pasado y los traiga en sus cuerpos eternos, y nosotros los que vivimos nos transforme y nos dé el nuevo cuerpo.
Esta es una bendición para cada uno de ustedes y para mí también. Esta es la bendición que Juan pudo ver cuando él lloraba mucho, y le fue dicho: “No llores”.
Y ahora nosotros no lloremos, no nos lamentemos por los problemas que hay en este planeta Tierra; hay muchos problemas, no solamente en la América Latina, no solamente en las naciones latinoamericanas y caribeñas, sino en el mundo entero.
Pero recuerden, el León de la tribu de Judá, Jesucristo, nuestro Señor, ha vencido para tomar el Libro y abrir sus Sellos, y hacer el reclamo de todo lo que Él ha redimido con Su Sangre preciosa; por eso es que Él tiene que hacer intercesión con Su Sangre en el Lugar Santísimo hasta que entre hasta el último de los escogidos.
Ahora, ¿quién será el último de los escogidos que entrará? No sabemos quién será, pero queremos que entre pronto, y por eso estamos llevando el Mensaje por todos los lugares; porque depende que entre pronto ese escogido para todos nosotros ser transformados y los muertos en Cristo ser resucitados. Primero ellos serán resucitados y nosotros los que vivimos seremos transformados; pero tiene que entrar hasta el último de los escogidos, porque Cristo dijo que Sus ovejas (las que el Padre le dio) nadie las arrebata de Su mano[17].
Él no dejará que se pierda ninguno de los escogidos de Dios; ninguno se perderá, todos tienen que venir a Cristo. Y por eso tenemos que llevar el Mensaje de la Palabra de Dios para nuestro tiempo, para nuestra edad y de nuestra edad, que es el Mensaje del Evangelio del Reino, el Mensaje de la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo.
Es el Mensaje del Evangelio del Reino, porque es la Edad del Reino; es la Edad de la Piedra Angular donde Cristo tiene Su Trono, donde Él estará y desde donde Él se manifestará en este Día Postrero y le hablará a la raza humana.
Ahora, en la Edad de la Piedra Angular Él tendrá Su trono literal, que es el Trono de David; y también tendrá Su trono humano, que es el Ángel del Señor Jesucristo.
Y por eso es que así como Jesucristo dos mil años atrás estando aquí en la Tierra era el trono de Dios y era el templo de Dios, el templo humano de Dios…; y el templo humano de Dios, ese trono humano de Dios, se sentó en el Trono de Dios que está en el Cielo.
Y para sentarse en el trono literal del Señor Jesucristo como Hijo de David, allá en la tierra de Israel, para sentarse con Cristo en Su Trono, el Vencedor tiene que ser el Trono del Señor del Día Postrero, del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo; si no, no se puede sentar con Él en Su Trono.
San Pablo fue un trono donde habitó Jesucristo en Espíritu Santo, allí estaba; pero era un trono de misericordia.
Porque Cristo, vean ustedes, estando en el Cielo haciendo intercesión en el Lugar Santísimo con Su Sangre, haciendo intercesión como Sumo Sacerdote según el Orden de Melquisedec…; porque Jesucristo es el Melquisedec que le apareció a Abraham en Su cuerpo teofánico[18]; y luego vino en carne humana, llevó a cabo Su Sacrificio con Su propio cuerpo y se presentó en el Cielo, haciendo intercesión en el Lugar Santísimo allá en el Cielo, sobre el Propiciatorio.
Y encontramos que Jesucristo ha estado haciendo intercesión en el Cielo; por lo tanto, estando en el Cielo, en el Trono de Dios, haciendo intercesión sobre el Trono de Intercesión, ese Trono allá en el Cielo durante las siete etapas o edades es un Trono de Misericordia; y la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo en cada ángel mensajero refleja el Trono de Misericordia en el Cielo, mientras hay Sangre en el Cielo en el Trono de Intercesión.
Por lo tanto, esos siete ángeles mensajeros han venido a ser tronos de Jesucristo donde Él se ha manifestado; pero por cuanto en el Cielo ha estado el Trono de Dios como Lugar de Intercesión, Trono de Misericordia, porque la Sangre de Cristo ha estado allí, esos mensajeros han venido a ser tronos de misericordia a través de los cuales Jesucristo ha estado manifestándose en misericordia sobre este planeta Tierra, y extendiendo misericordia a la raza humana y hablando de la misericordia de Dios para los seres humanos.
Pero para el Día Postrero habrá un trono en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo; y ese trono será el Trono de Jesucristo, el trono humano donde Cristo estará manifestado: primero estará en misericordia; pero cuando deje el Lugar Santísimo en el Cielo, y salga la Sangre del Cordero allá del Cielo, se convierte aquel trono en Trono de Juicio.
Y todo lo que estará saliendo de aquel Trono de Juicio en el Cielo será comunicado a la raza humana a través del Trono del Señor Jesucristo aquí en la Tierra, del trono humano, que será el Ángel del Señor Jesucristo; y estará siendo dado a conocer todo lo que estará sucediendo en el Trono de Dios allá en el Cielo; y por medio de ese trono humano Jesucristo estará revelando todas las cosas que deben suceder en el tiempo final.
Ahora, vean ustedes que el Trono que está en el Cielo de momento cambia de Trono de Misericordia y de Intercesión a Trono de Juicio. Y así también en la manifestación de Cristo en Su Ángel Mensajero: primero estará la misericordia de Dios siendo revelada a los hijos e hijas de Dios, mientras en el Cielo Jesucristo está haciendo intercesión por Sus últimos escogidos que entrarían en este Día Postrero; y por eso es que estamos en la América Latina y el Caribe llamando y juntando a todos los escogidos de Dios.
Cristo desde Su trono humano, en donde se manifiesta en misericordia en favor de Sus hijos, revela la misericordia de Dios sobre el Propiciatorio allá, mientras Él está allá, esa misericordia en favor de todos los hijos e hijas de Dios; y cuando se complete el número de los escogidos, y seamos transformados y tengamos el cuerpo nuevo, ya el Trono de Misericordia en el Cielo no será de misericordia, sino de juicio divino.
Y el trono humano del Señor Jesucristo cambiará de Trono de Misericordia a Trono de Juicio; y se estarán escuchando los juicios divinos que del Trono de Dios en el Cielo estarán saliendo y estarán siendo comunicados por el trono humano del Señor Jesucristo aquí en la Tierra. Y luego, durante el Reino Milenial, ese trono humano estará sentado con Cristo en Su Trono literal: el Trono de David.
¿Vieron lo sencillo que es todo? Todo esto es sencillo y es tan simple, que lo que necesitamos es que Jesucristo, por medio de Su Palabra, nos abra Su Palabra, las Escrituras; y así nos abra el entendimiento con las Escrituras para poder comprender todos estos misterios del Reino de Dios; y podamos comprender el misterio de las tres Biblias, que contienen lo mismo.
Y el contenido de las tres Biblias con relación a todo el Cuerpo Místico de Cristo, a los hijos e hijas de Dios, se materializa en los hijos e hijas de Dios en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo; y lo que corresponde para el pueblo hebreo, contenido en las tres Biblias, parte se ha cumplido ya y parte se cumplirá en este Día Postrero.
Por eso es tan importante conocer el misterio de las tres Biblias, y ver cómo se materializa el contenido de las tres Biblias en la Iglesia del Señor Jesucristo y en el pueblo hebreo también. Lo que está hablado, toda bendición correspondiente a los hijos de Dios, se materializa en los hijos de Dios.
Ahora podemos ver que también en las tres Biblias nos habla del juicio divino; en las tres Biblias también nos habla del enemigo de Dios tratando de destruir el Programa de Dios; pero nos habla también de Jesucristo en las tres Biblias. En la primera Biblia nos habla en esos símbolos.
Ahora, miren ustedes, en el Zodiaco encontramos 12 símbolos; pero salió publicado que hay otro que no habían colocado, pero lo iban a colocar, y es de una serpiente o un dragón. Ese símbolo aparece en Apocalipsis, capítulo 12: un dragón bermejo, ese es el diablo, el cual ha estado en contra del Programa de Dios en todos los tiempos.
Y en el libro del Apocalipsis ustedes encontrarán que nos habla del dragón, nos habla de la serpiente, y así por el estilo nos habla de diferentes bestias también; miren ustedes, nos habla del oso, y en la primera Biblia nos habla de la Osa Mayor con sus hijos. Y en la Biblia, en el capítulo 13 de Apocalipsis, también nos habla de esa bestia con características de oso, de león, y así por el estilo de otros animales; porque contiene los rasgos y cualidades de las diferentes etapas del imperio de los gentiles, desde Nabucodonosor hasta el tiempo final.
Esas etapas, miren ustedes, encontramos que fueron representadas también, no solamente en la cabeza de oro que representa el imperio de Nabucodonosor, y el pecho y brazos de plata que representa al imperio medo-persa, y vientre y muslos de bronce que representa al imperio de Grecia; y piernas de hierro y pies de hierro y de barro cocido, que representa al imperio romano, el cual tiene dos partes: la primera parte las piernas de hierro, lo cual ya está cumplido; ese fue el imperio que estuvo en los días de Jesús y mató a Cristo a petición del pueblo hebreo[19]. Con razón la Piedra no cortada de manos destruirá esa imagen[20].
La Sangre de Jesucristo y de los profetas del Antiguo Testamento, y de los santos de la Iglesia de Jesucristo, es hallada en el imperio de los gentiles; y eso demanda el juicio divino. La sangre de los santos y mártires de Jesucristo será vengada por nuestro Señor Jesucristo.
Cristo dijo: “Mía es la venganza, yo pagaré”. San Pablo dijo: “No se venguen ustedes mismos; porque Dios ha dicho: ‘Mía es la venganza, Yo pagaré’”[21].
Y en el día de venganza del Dios nuestro, que es en el Día Postrero, el séptimo milenio, la gran tribulación será la venganza del Dios nuestro, el juicio divino cayendo sobre la raza humana y cayendo sobre el imperio de los gentiles, que estará en los pies de hierro y de barro cocido; y los pies de hierro y de barro cocido es el imperio o reino del anticristo en el tiempo final.
Ahora podemos ver esos símbolos que estaban en la primera Biblia, los encontramos en la tercera Biblia, aquí en el libro del Apocalipsis, y también los encontramos en el libro del profeta Daniel; porque el libro del profeta Daniel es el Apocalipsis del Antiguo Testamento.
Encontramos también en diferentes lugares de la Escritura que se habla de las estrellas, del sol, de la luna, del Zodiaco, se habla de las Pléyades y también se habla de la Osa Mayor y sus hijos, se habla del Orión, y así por el estilo, se está hablando con la primera Biblia. Pero ahora podemos hablar con la tercera Biblia y mostrar lo mismo que está en la primera Biblia, y mostrar cómo estas cosas han estado siendo cumplidas.
En la primera Biblia, vean ustedes, se habla de una Estrella saliendo de Jacob[22], y luego se cumplió cuando Jesucristo nació en Belén de Judea. Una Estrella apareció en el cielo, en la primera Biblia; y luego aquí en la Tierra, conforme a la tercera Biblia, estaba prometida la Venida del Mesías, la Venida de esa Estrella[23].
Y luego se cumplió lo que estaba en la primera Biblia, en la segunda Biblia y en la tercera Biblia, se cumplió con el nacimiento de Cristo; allí estaba la Estrella: “Su Estrella hemos visto en el oriente, y hemos venido a adorarlo”, dijeron los magos. Aquella señal en el cielo daba testimonio del cumplimiento de ella en la Tierra.
Ahora podemos ver el por qué Cristo también dijo que habrían señales en el cielo[24]. Esas señales en el cielo tienen que ser de acuerdo a lo que está escrito en la tercera Biblia; porque el cielo, siendo la primera Biblia, con esas constelaciones y esos sistemas solares y el Zodiaco (que es la primera Biblia), encontramos que contiene lo mismo que tiene esta Biblia.
Así que nosotros para poder comprender las cosas que suceden en el cielo, en la primera Biblia, tenemos que mirar lo que está escrito en la tercera Biblia; y luego tenemos que comprender que lo que está en la primera, segunda y tercera Biblia, se tiene que cumplir aquí en la Tierra en medio de los seres humanos.
Y cuando usted consigue el cumplimiento de lo que fue prometido en la Biblia, pues usted tiene la Biblia en forma de cumplimiento, usted tiene la Biblia en forma de seres humanos, en los cuales se está cumpliendo la Biblia; porque son los seres humanos en los cuales se cumple la Biblia, cartas abiertas y leídas de todos los hombres: son las Escrituras materializadas en seres humanos[25].
Ahora, hemos visto este misterio de las tres Biblias, y todavía no les he dicho cuál es el lugar santísimo de Dios en el universo. ¿Y quieren todavía que les diga? Ustedes tienen derecho a saberlo, porque ustedes pertenecen al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo; y todas las cosas relacionadas al Lugar Santísimo, tanto del Templo que está en el Cielo como del universo como templo de Dios…; porque Dios dijo: “El Cielo es Mi Trono”[26].
Y ahora, en el Cielo, en el universo completo Dios tendrá un lugar para morada para toda la eternidad. Y ese lugar donde Dios habitará por toda la eternidad ¿saben cómo se llama? El planeta Tierra, ahí estará Dios morando por toda la eternidad; y será el lugar santísimo como planeta de todo el universo, será el centro del universo; y será el sistema solar nuestro el más importante de todo el universo.
Así que nuestro sistema solar, como sistema solar, es el lugar santísimo (como sistema solar); y nuestra galaxia, como galaxia, es el lugar santísimo; y el planeta Tierra, como planeta, de todos los planetas, tanto de todos los planetas del universo como de todos los planetas del sistema solar nuestro, es el lugar santísimo.
Y en el planeta Tierra, como lugar santísimo, Jerusalén será el lugar santísimo como ciudad; y ahí estará la Nueva Jerusalén, la Nueva Ciudad, donde estará el Nombre de Dios y donde estará Dios morando en toda Su plenitud.
¿Y saben ustedes una cosa? La Tierra tendrá un cambio, un cambio de forma; o sea, un cambio en cuanto a su forma, ¿sí? El planeta Tierra en la actualidad es redondo o medio ovalado; con tantos golpes que ha recibido, pues está como un niñito que se cae mucho, que por dondequiera le sale un… (¿un qué?), un chichón (decimos nosotros), y otras veces le sale una hondonada también a los niños pequeños, una herida, y se le vuelve un hoyito o un hueco; y así está el planeta Tierra con tantos golpes que ha recibido durante todos estos milenios; pero Dios lo va a arreglar y le va a cambiar su forma.
Dios va a producir un planeta Tierra renovado, transformado, lo va a transformar; así como transformará nuestros cuerpos y tendremos un nuevo cuerpo, tendremos un nuevo planeta, un planeta transformado, Dios lo transformará luego del Reino Milenial.
Esto que sucederá aquí, en Apocalipsis, vamos a ver… San Pedro también nos habla de un nuevo cielo, cielos nuevos y tierra nueva[27]; o sea, será una transformación, un cambio. Y luego en Apocalipsis, capítulo 21, verso 1 en adelante, nos dice:
“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva…”.
Así como también, cuando nosotros seamos transformados y los muertos en Cristo resucitados, yo voy a ver gente nueva. Son las mismas personas, esas mismas almas que vivieron en cuerpos mortales y creyeron en Cristo como su Salvador, y lavaron sus pecados en la Sangre de Cristo, y recibieron el Espíritu de Cristo en la edad que les tocó vivir, desde la primera edad; esto es para la Iglesia del Señor entre los gentiles, pero hay que incluir también la Iglesia del Señor en la etapa con los hebreos y los apóstoles allá.
Y desde aquel tiempo hasta nuestro tiempo, en la Edad de la Piedra Angular, todas esas personas que han recibido a Cristo como su Salvador, y han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, y han recibido Su Espíritu, han nacido de nuevo, han nacido en el Reino de Dios y tendrán un nuevo cuerpo; así como reciben un nuevo espíritu, un espíritu teofánico de la sexta dimensión, recibirán un cuerpo nuevo y eterno; y seremos personas cambiadas.
O sea, tendremos un nuevo cuerpo teofánico (el que recibimos cuando hemos nacido de nuevo) y tendremos un nuevo cuerpo físico, el cuerpo eterno que Cristo nos dará. Él transformará este cuerpo, y a los muertos en Cristo los resucitará en un nuevo cuerpo; y este planeta Tierra recibirá también esa transformación después del Reino Milenial.
En el tiempo de Noé pasó por la etapa de justificación; en el tiempo de Jesús, derramando Su Sangre en la Cruz del Calvario, el planeta Tierra fue santificado, pasó por su etapa de santificación; y con el fuego de Dios que vendrá después del Reino Milenial y después del Juicio Final, la Tierra pasará por ese bautismo de fuego, de Fuego del Espíritu de Dios y de fuego literal también, y será cambiada, transformada la Tierra.
Y la Tierra, del corazón de la Tierra, por medio de los volcanes, se formará un monte muy alto allá en la tierra de Israel, en el área donde está Jerusalén; pero ese monte será tan grande, que medirá en su tronco, en la parte de abajo, medirá 1500 millas[28] de ancho por 1500 millas de largo; y será como los montes normales: en forma de pirámide, o sea, en forma de un cono, abajo lo ancho y arriba lo más angosto.
Y ahí estarán viviendo todos los escogidos de Dios que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero. Y ahí será la Nueva Ciudad, la Nueva Jerusalén, que tendrá como nombre el Nombre Eterno de Dios; ahí viviremos nosotros; y eso será la ciudad más grande del planeta Tierra, tanto del futuro como también del pasado, como también del presente.
Hay muchas ciudades de las cuales se dice que es la ciudad más grande; y entre las ciudades más grandes está San Pablo, está Tokio, está también México (que dicen que es la más grande); y por la China, no sabemos lo grande que sea allá algunas de las ciudades más grandes o la ciudad más grande.
Ahora, nosotros sabemos, conocemos, una ciudad que va a ser la más grande de todas las ciudades que haya existido en este planeta Tierra en el pasado o para el futuro: esa será la Ciudad de nuestro Dios, la Nueva Jerusalén, que tendrá como nombre el Nombre de Dios. Y en ella ¿quiénes estarán?, ¿dónde están las personas que estarán allí? Aquí estamos los que estaremos allí; los de nuestro tiempo que estaremos allí estamos siendo llamados y juntados en este Día Postrero.
Ahora, yo creo que todos ustedes son muy exigentes; y cuando van a comprar una casa, desean ver el lugar y les gusta escoger. Y en esa Ciudad ¿dónde le gustaría a usted vivir? Lo más cerca posible de nuestro Señor Jesucristo y Su Trono. ¿Y saben ustedes una cosa? Que eso ya está ordenado por Dios.
A los de la primera edad pues les toca abajo. Es como en una construcción de un edificio: el primer piso que se hace pues es el de abajo; y los que compran en ese primer piso ¿dónde van a vivir? En la parte de abajo. No importa que les guste la parte de arriba, a ellos les toca vivir en la parte de abajo; aunque algunas veces toman el ascensor y se dan un paseíto a la parte más alta, para mirar la ciudad y decir: “Qué hermoso se ve toda la ciudad y el campo desde acá arriba”, pero a ellos les toca vivir en la parte de abajo; los que les toca vivir en la parte de arriba tienen ese paisaje siempre.
Ahora, no sabemos si se les permitirá. Es probable que muchos de los que vivirán en la parte de abajo de la ciudad, en algunas ocasiones especiales puedan subir un poquito más arriba, puedan subir a la parte más alta de la Ciudad, que es la parte representada en el Lugar Santísimo, es la parte representada en nuestra edad.
¿Dónde quiere usted vivir? Yo quiero vivir donde Cristo determinó desde antes de la fundación del mundo que yo viviría en esa santa Ciudad. ¿Y ustedes? Pues ¿saben ustedes una cosa? Nos ha tocado en el Programa de Dios vivir en la parte más alta de la Nueva Jerusalén, la parte de arriba, desde donde se verá todo a gran distancia.
Y ahora, la Tierra para ese tiempo ya será, no en la forma redonda o forma ovalada, sino que será en la forma de un trompo.
¿Saben lo que es un trompo? Los niños en los tiempos de navidades les regalan unos juguetitos, y hay unos que le enrollan una cuerda (son de madera o plástico algunos), y tienen un metalcito, un clavo, y le enrollan la cuerda, lo tiran, y comienza a dar vueltas; así estará girando el planeta Tierra, a la velocidad que corresponde para ese tiempo.
Y la Nueva Jerusalén será la parte que formará esa punta, con el resto que sigue hacia abajo; y luego el resto corresponde al resto del planeta Tierra.
Ahora podemos ver cómo en la Nueva Jerusalén estaremos todos nosotros. Pero miren, ¿en qué parte estaremos? En la parte de arriba.
¿Sobre qué gira un trompo? Sobre la punta de metal de ese trompo. Y todo girará sobre la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, donde Cristo estará como Rey de reyes y Señor de señores por toda la eternidad; y nosotros estaremos con nuestro amado Señor Jesucristo en esa gran Ciudad.
Allí estarán ustedes y yo también estaré allí, y yo los veré a todos ustedes nuevos; así como veremos una nueva Tierra, yo veré a cada uno de ustedes nuevo en un cuerpo nuevo, y ustedes también me verán a mí nuevo en un cuerpo nuevo; y todos jovencitos representando por toda la eternidad de 18 a 21 años de edad.
Ahora, vean ustedes: “EL MISTERIO DE LAS TRES BIBLIAS”, y las bendiciones que hay en las tres Biblias. Es la misma bendición para ser materializada en cada uno de ustedes y en mí también; por eso es que esa bendición, al cubrir las tres Biblias, cubre toda la Creación, cubre el universo completo.
Lo que ha sido representado en la primera Biblia, cuando estemos en el cuerpo nuevo veremos que todo eso se materializará también en los beneficios en el universo completo; porque la herencia de Dios pertenece a Sus hijos, a todos nosotros, y somos herederos de Dios y coherederos con Jesucristo nuestro Salvador[29].
Somos herederos de toda la Creación, y eso incluye hasta el más pequeño de los planetas y también hasta el más grande; e incluye todas las galaxias, desde la más pequeña hasta la más grande; incluye toda la Creación.
Ahora miren las bendiciones tan grandes que están en las tres Biblias: el Zodiaco en el cielo, ahí está la primera Biblia; luego la segunda Biblia, que cubre la pirámide allá en Egipto y también cubre la naturaleza; y la tercera Biblia, la Biblia escrita; y todo eso, y toda bendición ahí contenida, materializada en los escogidos de Dios, que son la Biblia en carne humana.
Y por eso las cosas contenidas ahí para ser materializadas en los escogidos de Dios, se materializan en cada uno de ustedes y en mí también. Es el contenido de la primera, segunda y tercera Biblia materializándose en cada uno de ustedes y en mí también como hijos e hijas de Dios.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta ocasión, en esta primera vigilia.
Ustedes tenían vigilia anunciada para ayer y hemos estado teniendo vigilia, hemos estado en la primera vigilia, que es de 9:00 a 12:00 de la noche (estuvimos ayer); y esta noche también hemos estado en la primera vigilia de 9:00 a 12:00 de la noche. Habíamos estado teniendo, no solamente una vigilia, como ustedes habían anunciado, sino que tuvimos ayer una vigilia, la primera vigilia de la noche, que es de 9:00 a 12:00 de la noche; y hoy también nos encontramos vigilando en la primera vigilia de la noche, de 9:00 a 12:00 de la noche.
Habían pensado que Miguel, o ustedes habían suspendido la vigilia de ayer, y la habíamos disfrutado completamente; y Miguel les dijo que a lo mejor hoy tendríamos quizás la vigilia, miren, y la hemos tenido y no nos habíamos dado cuenta.
Así que Dios les continúe bendiciendo a todos, Dios les guarde; y adelante sirviendo a Jesucristo, para lo cual ustedes fueron elegidos y yo también desde antes de la fundación del mundo. Y estamos escritos en la primera Biblia, segunda Biblia y tercera Biblia también.
Nunca se desanimen por nada, ustedes son personas elegidas por Dios, predestinadas por Dios para vida eterna; no importa los problemas por los cuales pasemos en este planeta Tierra.
Así que jóvenes en este Primer Encuentro Juvenil Regional Mineiro (aquí lo tengo escrito), adelante en el Programa Divino, sirviendo a Cristo con todo vuestro corazón. No se desanimen en la vida; si tienen un problema busquen la solución; y si no encuentran solución, sigan adelante siempre; no se preocupen en la vida por las cosas terrenales como por las cosas celestiales. “Ocupaos de vuestra salvación con temor y temblor”[30], haciendo lo que Cristo dijo: “Buscad primeramente el Reino de Dios y Su justicia, y las demás cosas serán añadidas”[31].
Así que sigan adelante siempre. Yo también seguiré hacia adelante y les encontraré en el nuevo cuerpo, cuando tengamos el nuevo cuerpo; y los ancianos los encontraré jovencitos, nuevecitos, estarán estrenando el nuevo cuerpo; y ustedes también, jóvenes, van a estar estrenado el cuerpo eterno dentro de muy poco tiempo, y también los niños, y yo también.
Así que adelante, porque la primera Biblia, segunda Biblia y tercera Biblia dan testimonio que así será para cada uno de ustedes y para mí también.
Todo lo que he dicho que se cumpliría en el pasado ya se cumplió; lo que he dicho que se cumplirá en nuestro tiempo ya comenzó a cumplirse, y estamos recibiendo Sus bendiciones; y lo que falta por ser cumplido también se cumplirá, y tendremos el cuerpo eterno.
Que Jesucristo, el Ángel del Pacto, les continúe bendiciendo a todos; y pronto todos seamos transformados y seamos llevados a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Y que pronto hasta el último de los escogidos sea recogido y colocado en el Cuerpo Místico de Cristo. Y para que eso ocurra nos ha enviado a llevar el Mensaje; para eso nos ha enviado, para que así trabajemos en Su Obra.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo, que Dios les guarde; y hasta mañana, Dios mediante, en la mañana, y luego en la tarde, para continuar viendo todo el Programa Divino correspondiente a nuestro tiempo.
Mañana estaremos hablando sobre los temas (en la mañana): “EL MISTERIO DE LA VENIDA DEL SEÑOR EN LAS NUBES”, y luego… eso será a las 9:00 de la mañana; y luego, a las 2:00 de la tarde el tema será: “EL MISTERIO DEL DÍA Y DE LA HORA DE SU VENIDA”.
Y luego de esa actividad, Miguel estará con los jóvenes de la Promoción en la parte que tiene que llevar a cabo; y luego nos iremos ya para el aeropuerto, porque vamos a salir mañana. Y luego (¿el qué?) el próximo congreso, que será por San Pablo, por allá, en cierto lugar de San Pablo, allí estaré con los jóvenes de esa área, de esa región, para continuar viendo el Programa de Dios correspondiente a nuestro tiempo.
Oren mucho por ese próximo congreso y por los jóvenes que van a estar allá, para que las bendiciones de Jesucristo sean derramadas sobre todos los que estarán allí, y seamos edificados, y crezcamos espiritualmente en el día que nos ha tocado vivir.
Bueno, que Dios les bendiga; y hasta mañana, Dios mediante, en que estaré con ustedes nuevamente. Con nosotros nuevamente, Miguel Bermúdez Marín, para continuar.
Buenas noches.
“EL MISTERIO DE LAS TRES BIBLIAS”.
[Revisión febrero 2023 -RM-DM]
[1] Amós 5:8, Job 9:9, 38:31-32
[2] Génesis 15:5
[3] San Juan 5:24
[4] Apocalipsis 22:16
[5] Apocalipsis 2:26-28
[6] Apocalipsis 1:20
[7] Apocalipsis 3:21
[8] San Juan 10:2-3, 10:14
[9] Apocalipsis 4:4
[10] Hechos 1:15-26
[11] Génesis 3:19, Eclesiastés 12:7
[12] San Juan 12:24
[13] 1 Corintios 3:16-17
[14] Gálatas 6:15
[15] San Juan 6:40, 6:44, 6:54
[16] San Juan 20:19
[17] San Juan 10:27-30
[18] Génesis 14:18-20, Hebreos 7:1-3
[19] Mt. 27:11-23, Mr. 15:6-15, Lc. 23:13-25, Jn. 19:1-16
[20] Daniel 2:34
[21] Dt. 32:35, Ro. 12:19, He. 10:30
[22] Números 24:17
[23] Mateo 2:1-12
[24] Mt. 24:29-30, Mr. 13:24-26, Lc. 21:25-27
[25] 2 Corintios 3:2-3
[26] Isaías 66:1, Hechos 7:49
[27] 2 Pedro 3:13
[28] 1500 millas = 2414 km
[29] Romanos 8:17
[30] Filipenses 2:12
[31] San Mateo 6:33