1er Encuentro Juvenil Paulista “El misterio de la cosecha del Día Postrero”
Muy buenas noches, jóvenes en este Primer Encuentro Juvenil Paulista: “El misterio de la cosecha en el último día”, o sea, en el Día Postrero.
Para mí es una bendición muy grande estar con ustedes, para darles testimonio en esta noche de: “EL MISTERIO DE LA OBRA MAESTRA DE DIOS”.
Para lo cual quiero leer en la carta a los Efesios, capítulo 4, versos 4 al 13, lo que nos dice San Pablo. Dice así:
“… un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
un Señor, una fe, un bautismo,
un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.
Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
Por lo cual dice:
Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad,
Y dio dones a los hombres.
Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?
El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”.
Que Dios bendiga Su Palabra y nos permita entenderla en esta noche.
Nuestro tema es: “EL MISTERIO DE LA OBRA DE DIOS, DE LA OBRA MAESTRA DE DIOS”.
Dios está realizando una Nueva Creación, y esa Nueva Creación es una Obra Maestra de Dios.
Y Jesucristo, nos dice Apocalipsis, capítulo 3, verso 14, que es el principio de la Creación de Dios. Él es un Hombre perfecto perteneciente a la Nueva Creación, es el primero de la Nueva Creación; así como Adán es el primero de la antigua Creación; y Jesús es el segundo Adán porque es el primero de la Nueva Creación.
Y así como en Adán todos mueren, en Jesucristo todos son vivificados[1]. Y así como en Adán todos vienen en una condición imperfecta, con un cuerpo físico, mortal, corruptible y temporal, lo cual señala que no es un cuerpo perfecto, porque un cuerpo perfecto vive por toda la eternidad.
Y el ser humano también viene con un espíritu del mundo que lo inclina hacia el mal; es el espíritu que recibe cuando nace por medio de su mamá aquí en la Tierra; por lo tanto, no es un espíritu perfecto.
Pero encontramos un Hombre perfecto, que es el principio de la Creación de Dios, de esa Nueva Creación, y Su nombre es nuestro Señor Jesucristo; Él es el Hombre perfecto de la Nueva Creación, y Él es la Obra Maestra de Dios como individuo.
Y conforme a esa Obra Maestra, de la cual Dios habló en el Monte de la Transfiguración, cuando lo adoptó allí y dijo: “Este es Mi hijo amado, en el cual tengo contentamiento (o sea, complacencia); a Él oíd”[2].
Vean ustedes que la adopción es para las personas de la Nueva Creación. Jesucristo, el primero de esa Nueva Creación, en el Monte de la Transfiguración fue adoptado; y para el Día Postrero serán adoptados millones de seres humanos como individuos, como hijos e hijas de Dios.
Y así como Cristo fue transfigurado, cambiado, los escogidos del Día Postrero (juntamente con los escogidos de las edades pasadas) serán transformados, y tendremos la nueva vestidura; y como individuos tendremos la plenitud de Dios manifestada en nosotros en el nuevo cuerpo, y así seremos personas perfectas, así seremos la Obra Maestra de Dios como individuos.
Y ahora, vean ustedes que la meta de Dios y la meta nuestra es llegar a esa perfección. Al llegar a esa perfección, teniendo un cuerpo perfecto, tendremos un cuerpo eterno, que es el nuevo cuerpo que Cristo ha prometido para cada uno de ustedes y para mí también; y para los que han partido en las edades pasadas, los cuales tienen la promesa de Cristo de ser resucitados en el Día Postrero; para ser todos la Obra perfecta de Dios como individuos.
Y todas esas personas son los miembros del Cuerpo Místico de Cristo que en el Día Postrero llegarán a la perfección total: serán a imagen y semejanza de Jesucristo nuestro Salvador, el Varón perfecto, el principio de la Creación de Dios; y conforme a ese Varón perfecto, que es el principio de la Creación de Dios, será la continuación de la Creación de Dios, que son los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, como individuos.
Y en la misma forma, la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes, como Iglesia, en el Día Postrero llega a la perfección como Iglesia; porque será una Iglesia que en el Día Postrero llegará a la Edad del Lugar Santísimo, en donde estará la plenitud de Jesucristo en Espíritu Santo manifestada en medio de Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular. Todo comienza con las primicias del Espíritu, hasta llegar a la plenitud del Espíritu de Dios.
La Iglesia del Señor Jesucristo para llegar a su perfección, que es la meta divina, se requiere que pase por las siete edades de la Iglesia gentil, por las cuales ya ha pasado; tuvo sus mensajeros en cada edad, tuvo el Mensaje de cada edad y tuvo la gente de cada edad, o sea, los miembros de ese Cuerpo Místico de creyentes de cada etapa o edad de la Iglesia del Señor, de las siete edades de la Iglesia gentil; pero en ninguna de esas edades la Iglesia llegó a la perfección, en ninguna de esas edades la Iglesia fue la Obra Maestra de Dios ya concluida.
Porque la Iglesia del Señor Jesucristo es un Templo, un Templo espiritual, el Templo espiritual del Señor Jesucristo para morada de Dios en Espíritu Santo, primero en las primicias y después en toda Su plenitud.
Ahora, así como Jesucristo fue la Obra Maestra de Dios, y para Su adopción fue al Monte de la Transfiguración, y allí en la visión del Monte de la Transfiguración fue visto el Reino de Dios viniendo con poder y gloria, y fue visto el Hijo del Hombre transfigurado delante de Sus discípulos Pedro, Jacobo y Juan; y fue visto allí Moisés y Elías.
Para la adopción de Jesucristo, el Hijo de Dios, el Varón perfecto, vean ustedes, fue necesaria la presencia de Moisés y Elías, para poder tener la manifestación de Dios hablando e identificando a Su Obra perfecta, el Varón perfecto Jesucristo, y decir (el Padre celestial): “Este es Mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia; a Él oíd”.
Luego de eso encontramos que llevó a cabo Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y luego resucitó y ascendió al Cielo y se sentó a la diestra de Dios, y recibió un Nuevo Nombre; y desde el Trono de Dios, desde el Lugar de Intercesión, ha estado haciendo intercesión por todos los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero.
Y la Obra de Redención de Dios la ha llevado a cabo la Obra perfecta de Dios, nuestro amado Señor Jesucristo. Y la intercesión por todos los escogidos de Dios la ha estado llevando a cabo nuestro Señor Jesucristo, el cual fue adoptado en el Monte de la Transfiguración para tener el ministerio de Redención en la Cruz del Calvario y el ministerio de Intercesión en el Templo que está en el Cielo, interceder allí como Sumo Sacerdote del Templo que está en el Cielo, estar allí como Sumo Sacerdote del Orden celestial, que es el Orden de Melquisedec.
Jesucristo siendo el Melquisedec que le apareció a Abraham y le dio pan y vino[3], ahora lo encontramos intercediendo en el Cielo por todos los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo.
Y durante todo este tiempo que ha transcurrido de Cristo hacia acá, ha estado haciendo intercesión en el Cielo por todos los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero, o sea, en el Libro de los Siete Sellos, hasta que entre hasta el último de los escogidos de Dios que entrará, en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular; la edad en la cual el Cuerpo Místico de Cristo llega a la perfección cuando llegue el último de los escogidos de Dios.
Llegará a la total perfección y Dios morará en medio de Su Iglesia en toda Su plenitud, manifestado en Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; estará manifestado en medio de Su Iglesia por medio de carne humana en Su Ángel Mensajero, llevando a cabo las cosas correspondientes a la Tercera Etapa y a las grandes maravillas y milagros que ocurrirán en medio de la Iglesia de Jesucristo en el Día Postrero.
Estamos nosotros caminando hacia esa meta, hacia la meta de la perfección, en donde todos —como individuos también— llegaremos a la perfección. Y la Iglesia del Señor Jesucristo será totalmente una Iglesia perfecta, una Iglesia con la plenitud de Dios manifestada a través del ministerio que Jesucristo estará operando en el Día Postrero a través de Su Ángel Mensajero.
Y ahí estarán Moisés y Elías y Jesucristo, lo mismo que fue visto en el Monte de la Transfiguración; eso mismo será visto en el Día Postrero para nuestra adopción, para nuestra transformación, y así llegar a la perfección como individuos, y la Iglesia del Señor Jesucristo también como Cuerpo Místico de creyentes llegar a la perfección con personas perfectas, que tendrán cuerpos perfectos y espíritus teofánicos perfectos también.
Y tanto el Cuerpo Místico de Cristo como Iglesia, y cada uno de nosotros como individuos, que somos también un templo de Dios como individuo, vean ustedes, llegaremos a la perfección y tendremos la plenitud de Dios.
Ahora, vean ustedes cómo hemos llegado a la edad perfecta, donde obtendremos como individuos la perfección total, y en donde la Iglesia del Señor Jesucristo obtendrá la perfección total; y tendrá sus miembros, Su Cuerpo Místico de creyentes, transformados, con cuerpos eternos.
Esa será la primera ocasión en que la Iglesia del Señor Jesucristo estará en esa condición, porque estará —como Iglesia— adoptada, y los miembros del Cuerpo Místico de creyentes como individuos también estarán adoptados.
Y la Voz de Dios ¿qué estará diciendo para la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes? Dirá: “Esta es Mi Iglesia amada; a Ella oíd”. Porque en Ella estará Jesucristo manifestado en toda Su plenitud a través de Su Ángel Mensajero, que es un miembro de Su Cuerpo Místico de creyentes.
Y como individuos, Dios dirá de nosotros: “Estos son Mis hijos amados; a ellos oíd”. Estaremos perfectos en todo el sentido de la palabra, a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.
Ahora miren cómo ha comenzado la Obra Maestra de Dios: en la misma forma en que comenzó Jesucristo, la Obra Maestra de Dios; Jesucristo comenzó con Su cuerpo teofánico siendo creado por Dios, y luego Su cuerpo físico siendo creado por Dios. Y cada uno como individuo, cada escogido de Dios, vean ustedes, ha comenzado la Obra de Cristo en la persona, al creer en Jesucristo y lavar nuestros pecados en la Sangre de Cristo: el Espíritu de Cristo ha venido a nosotros y ha producido el nuevo nacimiento, y nos ha dado el espíritu teofánico de la sexta dimensión; y así comenzó la Obra Maestra de Dios en cada uno de nosotros como individuos.
Y en la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes, al tener en su seno sus miembros con sus cuerpos teofánicos, o sea, nacidos de nuevo, pues tiene esa primera etapa de la teofanía manifestada en medio de ellas; o sea que tiene sus miembros, el Cuerpo Místico de creyentes, con sus cuerpos teofánicos.
O sea que la Iglesia del Señor Jesucristo se encuentra en la etapa de la teofanía, del Día de Pentecostés hacia acá, para en el Día Postrero tener la manifestación de la plenitud de Dios en cuerpos eternos; en los cuerpos eternos de los miembros del Cuerpo Místico de Cristo que serán transformados, los que estamos viviendo, y serán resucitados los que partieron en el pasado.
Ahora vean cómo esta Obra Maestra de Dios tendrá en medio de Ella lo mismo que tuvo el primer Hijo de Dios que fue adoptado, la Obra Maestra de Dios: Jesucristo.
Así como Jesucristo subió al Monte de la Transfiguración para ser adoptado, la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico sube a la Edad de la Piedra Angular; a medida que iba subiendo fue pasando por las diferentes edades, así como Jesucristo iba subiendo hasta llegar al lugar donde iba a ser adoptado.
Y la Iglesia del Señor Jesucristo ha ido subiendo de edad en edad, hasta llegar a la edad en que será adoptada: la Edad de la Piedra Angular, donde estará el ministerio de Moisés y Elías manifestado; como fue visto en el Monte de la Transfiguración en el Hijo de Dios que fue adoptado, en esa Obra Maestra de Dios que fue adoptada allí en el Monte de la Transfiguración.
Ahora vean para qué Jesucristo nos ha dicho: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”[4].
En el Monte de la Transfiguración estaba siendo visto el Reino de Dios viniendo en poder, y el Hijo del Hombre viniendo ahí en Su Reino; y también estaban siendo vistos los Ángeles del Hijo del Hombre, que son Moisés y Elías.
Esto mismo es lo que tiene que ver la Iglesia del Señor Jesucristo en el tiempo para su adopción: Primeramente, tiene que ver y escuchar a Moisés y Elías, como Jesucristo estuvo allí en el Monte de la Transfiguración con Moisés y Elías, y estuvo escuchando a Moisés y Elías que hablaban con Él, con relación a la partida de Jesús a Jerusalén para llevar a cabo la Obra de Redención allá en la Cruz del Calvario.
Ahora podemos ver todas las cosas que fueron habladas allí al Hijo de Dios por Moisés y Elías: las cosas que iban a suceder en aquellos días, las cosas relacionadas a la Obra de Redención de Cristo en Su Primera Venida como Cordero de Dios.
Y para el Día Postrero, por medio de los ministerios de Moisés y Elías, de los Dos Olivos, de los Dos Candeleros de oro, de los Ángeles del Hijo del Hombre, le estará siendo revelado a la Iglesia de Jesucristo la Obra de Reclamo que Jesucristo estará llevando a cabo en este Día Postrero; Obra que lleva a cabo Jesucristo como Rey de reyes y Señor de señores en medio de Su Iglesia, para reclamar cada escogido de Dios que tiene su nombre escrito (¿dónde?) en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo.
Vean ustedes que toda persona que está esperando su transformación y la resurrección de los muertos en Cristo, primeramente tiene que ver a Moisés y Elías, tiene que ver a los Dos Olivos; tiene que ver a Moisés por segunda vez y tiene que ver a Elías por quinta ocasión; porque son los Ángeles en la Venida del Hijo del Hombre, que vienen con la Gran Voz de Trompeta, con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, revelando el misterio de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles.
Y todo esto es para la adopción de la Obra Maestra de Dios, para la adopción de la Iglesia del Señor Jesucristo, y para la adopción de los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, que somos todos nosotros los que vivimos en este tiempo y los que partieron en las edades pasadas; y para la adopción del Ángel del Señor Jesucristo de la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Porque así como la Iglesia del Señor Jesucristo necesita ser adoptada, y así como cada uno de ustedes necesitan ser adoptados, el Ángel del Señor Jesucristo también necesita ser adoptado para ser colocado sobre todos los bienes de su Señor y sentarse con Cristo en Su Trono, en el Trono de David.
Ahora podemos ver todo este Programa Divino correspondiente a la Obra Maestra de Dios, para la adopción de la Obra Maestra de Dios como Iglesia y también como individuo.
Vemos que la Obra Maestra de Dios, Jesucristo, tuvo que subir al Monte llamado de la Transfiguración, monte Tabor ¿fue, Miguel? Monte de la Transfiguración se le llama, pero ¿cuál monte fue, Miguel? Bueno, vamos a llamarlo el Monte de la Transfiguración.
Ahora, ¿podemos conseguir e ir al Monte de la Transfiguración en este Día Postrero? Tendríamos que ir, si lo buscamos literalmente, allá a la tierra de Israel para esperar nuestra adopción. Pero no hay que ir allá, Dios tiene un Monte: el Monte del cual la Piedra no cortada de manos que vio el profeta Daniel y el rey Nabucodonosor[5], ese Monte es el Monte de la Transfiguración, al cual la Iglesia del Señor Jesucristo sube, y de edad en edad ha estado subiendo a ese Monte.
(Monte Hermón). Y ahora, no necesitamos ir allá, hay un Monte: el Monte de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo, ese es el Monte Santo de Dios compuesto por los redimidos de Jesucristo.
Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo representada en un monte, porque un monte representa un reino, y la Iglesia de Jesucristo es el Reino de Dios.
Y ahora, encontramos que la Iglesia del Señor Jesucristo, de etapa en etapa ha ido subiendo en ese Monte, en la Iglesia Cuerpo Místico de Jesucristo.
Los de la primera edad subieron a la primera etapa, pero no fue la adopción en esa primera etapa; los de la segunda edad subieron a la segunda etapa, pero en esa segunda etapa no se llevó a cabo la adopción de la Iglesia de Jesucristo, ni de los miembros del Cuerpo Místico de Cristo como individuos; los de la tercera edad subieron a la tercera etapa, pero en esa tercera etapa tampoco ocurrió la adopción de los hijos de Dios; los de la cuarta etapa subieron a la cuarta etapa; los de la quinta etapa subieron a la quinta etapa; los de la sexta etapa a la sexta etapa; los de la séptima etapa a la séptima etapa.
Cada una de esas etapas se cumplió en diferentes territorios: la primera en Asia Menor; la segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta en Europa; la séptima en Norteamérica; pero en ninguna de esas etapas se cumplió la adopción de los hijos e hijas de Dios como individuos, ni de la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes.
Y ahora, los escogidos de Dios han subido a la parte más alta del Monte de Dios, a la parte más alta de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Miren ustedes, Jesucristo subió al Monte de la Transfiguración, pero cuando iba subiendo no fue adoptado, sino cuando llegó al lugar donde iba a ser adoptado.
Y así la Iglesia del Señor Jesucristo y sus miembros han ido subiendo en este Monte hasta llegar al Día Postrero, donde los escogidos de Dios suben a la Edad de la Piedra Angular, que es la edad más alta del Monte de Dios, de la Iglesia del Señor Jesucristo; es la etapa donde los escogidos de Dios como individuos van a ser adoptados y tendrán el cuerpo nuevo, y el espíritu teofánico nuevo dentro de ese cuerpo nuevo; y ahí estaremos adoptados como hijos e hijas de Dios iguales a nuestro amado Señor Jesucristo, a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo; tendremos las primicias: el cuerpo teofánico, y tendremos la plenitud: el cuerpo eterno y glorificado que Cristo nos dará en este Día Postrero.
Y la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes estará adoptada en el Día Postrero. Todavía no ha ocurrido la adopción, pero estamos en el proceso para ser adoptados; ya hemos llegado al tope del Monte de Dios, hemos llegado a la edad para la adopción: la Edad de la Piedra Angular, la edad en donde aparecerían Moisés y Elías.
Sin la aparición de Moisés y Elías no hay adopción para la Iglesia de Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes, ni para los escogidos de Dios como individuos.
Miren ustedes, en las edades pasadas no aparecieron Moisés y Elías. Algunos dirán: “En la séptima edad estaba Elías”, pero no estaba Moisés; y estaba Elías en su cuarta manifestación.
Y para la adopción de la Iglesia del Señor Jesucristo y de cada hijo de Dios como individuo, tiene que estar Elías, pero en su quinta manifestación, y tiene que estar Moisés en su segunda manifestación; y ninguna de las edades pasadas tuvo a Elías en su quinta manifestación, ni a Moisés en su segunda manifestación.
Por lo tanto, las edades pasadas no fueron las edades para la adopción de los hijos de Dios, pero estaban caminando hacia arriba; por eso es que cuando ellos regresen en sus cuerpos eternos, regresarán a la Edad de la Piedra Angular; nos aparecerán a nosotros en sus cuerpos eternos y nosotros seremos transformados y también estaremos en nuestro cuerpo eterno que Cristo ha prometido para nosotros; y así estaremos todos adoptados, como individuos y como Cuerpo Místico de creyentes.
Y estará Cristo en Su Iglesia, en la Edad de la Piedra Angular, velado y revelado en Su Iglesia; y estará en el ministerio correspondiente a Su Iglesia para la Edad de la Piedra Angular, que es el ministerio de Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero; ese es el ministerio que tendrá la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero; y por medio de Su Ángel Mensajero, Jesucristo en Espíritu Santo manifestará el ministerio de Moisés por segunda ocasión, el ministerio de Elías por quinta ocasión y el ministerio de Jesús por segunda ocasión.
Ahora podemos ver todo este proceso divino para la adopción de la Obra Maestra de Dios, esa Obra Maestra que está siendo construida y ya ha llegado al tope, ha llegado a la etapa en donde se completará con el último de los escogidos cuando entre.
Y en cuanto al ministerio, es el último ministerio para la Iglesia del Señor Jesucristo, y ese es el ministerio que entra a la Iglesia del Señor Jesucristo en este Día Postrero: es el ministerio del Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero, ministerio que tendríamos en el Día Postrero, a través del cual Cristo nos daría a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Ahora, vean cómo ya la Iglesia del Señor Jesucristo tiene ese ministerio en medio de Ella, en donde están manifestados los ministerios de Moisés por segunda ocasión, de Elías por quinta ocasión y de Jesús por segunda ocasión. Esos son los ministerios que estaban en el Monte de la Transfiguración, en la Venida del Reino de Dios.
Vean que para la adopción de los hijos de Dios se requiere la Venida del Reino de Dios y el Hijo del Hombre viniendo en Su Reino.
¿En dónde viene el Hijo del Hombre? Viene en Su Reino, en Su Iglesia. Y Su Iglesia, Su Reino, viene en poder en el Día Postrero, porque recibirá todo el poder divino en el Día Postrero con la adopción de Sus miembros, de Sus escogidos, en este Día Postrero; y así la Iglesia de Jesucristo llegará a la perfección y será adoptada por Dios.
Y por eso para el glorioso Reino Milenial de Cristo no habrá religiones paganas en este planeta Tierra, solamente estará la Iglesia del Señor Jesucristo; y Ella será la Esposa del Cordero, Ella es la Mujer amada con la cual Jesucristo se une…
La unión o el matrimonio o bodas es la unión de un hombre y de una mujer que se aman. Y las Bodas de Cristo con Su Iglesia es la unión de Cristo con Su Iglesia, en donde llegaremos todos a ser a imagen y semejanza de Jesucristo; y así estaremos plenamente casados con Cristo y tendremos Su Nombre Eterno, todos nosotros como individuos y también la Iglesia de Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes. O sea que para el Reino Milenial, el Nombre Nuevo de Jesucristo es el que tendrá y por el cual será llamada la Iglesia del Señor Jesucristo.
Ahora podemos ver este misterio del Reino de Dios.
Por eso es que también la Nueva Jerusalén, que estará establecida después del Reino Milenial, o sea, después del Milenio y después del Juicio Final, encontramos que por medio de los volcanes se formará un monte alto, así como se ha ido formando un Monte alto, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; se formará ese monte alto allá en la tierra de Israel, en el territorio de Jerusalén, y ahí vendremos a morar con Jesucristo todos los hijos e hijas de Dios.
Y ese monte alto, con todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, con los santos del Nuevo Testamento y con los santos del Antiguo Testamento, formará ese monte alto la nueva Ciudad, la Ciudad eterna de Dios. Y para ese tiempo sí que habrá una Ciudad eterna: la Nueva Jerusalén; esa Nueva Jerusalén tendrá un Nuevo Nombre: el Nombre Eterno de Dios.
Y ese Nombre Nuevo es el que tendrá la Iglesia del Señor Jesucristo, porque la Iglesia del Señor Jesucristo es representada en Jerusalén también. Jerusalén, la Nueva Jerusalén que desciende del Cielo, de Dios, es la Esposa del Cordero, la Iglesia del Señor Jesucristo; del Cielo descienden los habitantes que habitarán en esa Ciudad, en ese monte alto literal que será levantado por medio de los volcanes que estarán en erupción después del Reino Milenial, y después que se lleve a cabo el Juicio Final, en donde esta Tierra pasará por una etapa de bautismo en toda su plenitud, bautismo en fuego; y así la Tierra será transformada, una transformación vendrá para la Tierra, así como para nosotros como individuos viene una transformación.
Esa transformación que hemos de recibir para recibir el nuevo cuerpo no son las primicias, es la plenitud. Las primicias es cuando creemos en Cristo, lavamos nuestros pecados en la Sangre de Cristo y recibimos Su Espíritu Santo, esas son las primicias; y la plenitud es la transformación de nuestros cuerpos, ahí recibimos la plenitud, recibimos esa transformación.
Y la Tierra recibirá la plenitud de Dios durante ese tiempo de fuego por el cual pasará el planeta Tierra.
Ahora, las primicias que tendrá el planeta Tierra del bautismo en fuego será el fuego de la gran tribulación, eso es solamente las primicias; la plenitud después vendrá, después del Reino Milenial y después del Juicio Final.
Ahora, podemos ver que tanto Jesucristo como el Cuerpo Místico de Cristo, que es Su Iglesia, y como cada uno de nosotros como individuos, y también el planeta Tierra, todos pasan por el mismo proceso para llegar a ser una Obra Maestra de Dios y ser adoptada en el Reino de Dios.
El planeta Tierra llegará a ser un planeta perfecto, y será adoptado para morada de Dios en toda su plenitud en la Nueva Jerusalén, que estará en el territorio que hoy llamamos Jerusalén.
Ahora vean cómo será la adopción de este planeta Tierra para morada de Dios en toda Su plenitud, para ahí estar la séptima dimensión manifestada en este monte alto, en donde estará Jesucristo con Su Iglesia, el cual es la Nueva Jerusalén, de la cual nos habla el libro del Apocalipsis[6].
Si alguien podrá hablarnos mucho acerca de este monte y cómo serán estas cosas, será el que le reveló a Juan esta Ciudad y las cosas que estaban en esa Ciudad. Cuando la Iglesia consiga a ese Ángel que le reveló a Juan todas estas cosas de esta gran Ciudad y de sus habitantes, la Iglesia podrá tener mayor luz acerca de estas cosas que deben suceder luego del Reino Milenial, y podrá entender muchas cosas que no han podido ser entendidas en edades y dispensaciones pasadas.
Todo lo que estará en esa ciudad estará representando algo del Cuerpo Místico de Cristo, incluyendo —en el Cuerpo Místico— a Jesucristo, que es la Cabeza. O sea que algunas cosas representarán a los apóstoles del Señor Jesucristo, como los muros o el muro con los doce fundamentos; las puertas tendrán los doce nombres de los patriarcas, porque ellos pertenecen a los santos del Antiguo Testamento.
Y ahora, encontramos que cada obra encontrada en esa Ciudad será tipo y figura de los escogidos de Dios de las diferentes etapas; y allí estará cada ángel mensajero de cada edad representado en algo de esa Ciudad.
Así como en el templo que construyó Moisés y construyó Salomón, miren ustedes, los siete ángeles mensajeros estaban representados en la mecha que estaba sumergida en la lámpara con aceite. ¿De qué era el aceite que tenía cada lámpara, Miguel? Aceite de oliva.
La Iglesia del Señor Jesucristo no se puede separar de los Dos Olivos, porque el Aceite de los Dos Olivos es el mismo Aceite, el mismo Espíritu Santo que ha estado pasando por las diferentes edades de la Iglesia gentil; y estará en el Día Postrero en los Dos Olivos.
Ahora, podemos ver que las Dos Lámparas que estarán alumbrando tendrán Aceite: el Aceite del Espíritu Santo, que es el Aceite de Oliva, de las Dos Olivas que en el Día Postrero estarán en medio de la Iglesia de Jesucristo.
Por eso el Ángel que viene con el Sello del Dios Vivo, vean ustedes, viene con el Espíritu Santo, o sea que viene con el Aceite (¿de qué?) de Oliva, que es el Espíritu Santo; viene con el Ángel del Pacto, que es Jesucristo en Espíritu Santo en Su cuerpo teofánico manifestado por medio de carne humana en medio de Su Iglesia, para llamar y juntar a todos los que serán adoptados como individuos en este tiempo final, y para completar el número de los escogidos de Dios, y así ser completada la Iglesia del Señor Jesucristo y ser una Obra Maestra en este Día Postrero, para ser adoptada en el Reino de Dios como la Iglesia que reinará con Cristo.
O sea que con Cristo en ese Reino Milenial no reinará ninguna religión pagana; ninguna religión pagana será establecida en ninguna nación para ser la religión del estado de alguna nación; solamente la Iglesia del Señor Jesucristo será la que reinará con Cristo.
Y la Iglesia de Jesucristo, con Jesucristo a su cabeza, establecerá las doctrinas, las enseñanzas que toda nación tendrá: las enseñanzas espirituales y también toda enseñanza: “Porque la Tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar”, nos dice Dios por medio del profeta Habacuc, en el capítulo 2, verso 14, y en Isaías, capítulo 11 y verso 9. “La Tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar”; será llena de la Segunda Venida de Cristo y el conocimiento del cumplimiento de Su Segunda Venida.
¿Dónde estaba la Gloria de Jehová en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón? En el lugar santísimo; y la enseñanza de la Gloria de Dios manifestada en el lugar santísimo era la enseñanza más grande que podía ser enseñada al pueblo hebreo. Allí estaba el maná también, escondido, allí estaba la presencia de Dios manifestada, allí estaban los dos querubines de oro; y todo eso es tipo y figura de las cosas que Jesucristo tendrá en Su Iglesia, en la Edad de la Piedra Angular, en este Día Postrero, materializadas en carne humana, en seres humanos.
Ahora, para este Día Postrero, hemos llegado a la Edad de la Piedra Angular, a la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, donde estarán los Dos Olivos y los Dos Candeleros de Oro. ¿Dónde estarán? En el Templo espiritual de Cristo, así como estaban en el tabernáculo de Moisés y el templo que construyó Salomón, y así como están en el Templo que está en el Cielo.
En el Templo del Señor Jesucristo no pueden faltar los Dos Olivos y los Dos Candeleros de Oro, no pueden faltar los Dos Querubines de oro y los Dos Querubines de madera de olivo cubiertos de oro, que son los ministerios de Moisés y Elías; son los ministerios correspondientes al Día Postrero, a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en la etapa del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo.
Ahora vean el por qué Cristo nos llama en este Día Postrero a subir donde Él está en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular: y esto es para ser adoptados en este Día Postrero, para madurar a la estatura de Jesucristo y ser adoptados como hijos e hijas de Dios, ser colocados en la posición de hijos e hijas de Dios con cuerpos eternos, y con todo lo que perdió Adán y Eva restaurado a todos nosotros; la vida eterna y todo el poder que ellos perdieron será restaurado a todos los escogidos de Dios como individuos al ser adoptados, y a la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes.
Ahora, hemos visto “EL MISTERIO DE LA OBRA MAESTRA DE DIOS”, y para qué Dios está realizando la construcción o creación de la Obra Maestra.
Es una Obra Maestra que viene por creación divina; por medio de creación divina Jesucristo tendrá en este Día Postrero una Obra Maestra, una Iglesia coronada con la Edad de la Piedra Angular y con el ministerio de la Edad de la Piedra Angular, el ministerio de Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero.
Ese ministerio y ese Ángel Mensajero en el Día Postrero llegará a la perfección, será adoptado; y todos nosotros, todos los escogidos de Dios también serán adoptados.
Y la Iglesia del Señor Jesucristo quedará también adoptada, para poder reinar con Cristo por mil años y luego por toda la eternidad; y nosotros como individuos también poder reinar con Cristo por mil años y luego por toda la eternidad; y para Su Ángel Mensajero reinar con Cristo por mil años y luego por toda la eternidad, sentándose con Cristo en Su Trono, porque esa es una promesa de Cristo:
[Apocalipsis 3:21] “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”.
Y la Edad de la Piedra Angular es la edad en donde se obtendrá la Gran Victoria en el Amor Divino, porque es la Edad del Amor Divino; y no se puede obtener otra victoria, sino la Victoria en el Amor Divino y del Amor Divino, en donde todos seremos transformados; para eso es que la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles está prometida para ser manifestada en este Día Postrero.
Antes de ser adoptados estaremos viendo la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, o sea, con Moisés y Elías.
Ninguna persona puede estar en una edad o etapa donde quiera ser adoptado… o sea, toda persona que quiera ser adoptado en este Día Postrero tiene que estar en la edad correspondiente a la adopción, que es la Edad de la Piedra Angular, donde los ministerios de Moisés y Elías, que fueron vistos en el Monte de la Transfiguración, estarán manifestados en la Iglesia del Señor Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular, que es la edad del tope, de la cúspide de la Iglesia del Señor Jesucristo, de ese Monte de la Adopción, de ese Monte de la Transfiguración, para la transformación de los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, en donde todos resplandeceremos como el sol; así dice la Escritura que sucederá con todos nosotros. Estaremos resplandeciendo como el sol, como Cristo resplandeció como el Sol allí en el Monte de la Transfiguración.
Todos resplandeceremos como reyes y sacerdotes en el Reino de Dios, con un cuerpo glorificado, un cuerpo transformado. Cristo allí en el Monte de la Transfiguración se vistió de inmortalidad, y nosotros nos vestiremos de inmortalidad, seremos vestidos de inmortalidad; y así seremos adoptados en el Reino de Dios, es una promesa para todos nosotros. Y así será que lo que dice Jesucristo en San Mateo, capítulo 13, verso 43, hablando de Sus escogidos representados en el trigo, dice:
“Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre”.
Resplandecerán como el sol, como Jesucristo resplandeció como el sol en el Monte de la Transfiguración y en diferentes lugares del libro del Apocalipsis, como Apocalipsis, capítulo 1, verso 15 al 16, y Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante.
Y para el Día Postrero, todos nosotros estaremos resplandeciendo también como el sol, porque estaremos viviendo en un nuevo día dispensacional; no estaremos viviendo en el tiempo de la noche, sino en el tiempo de un nuevo día dispensacional y de un nuevo día milenial; y estaremos viviendo en la cuarta vigilia de ese nuevo día dispensacional y de ese nuevo día milenial; y estaremos resplandeciendo como el sol, o sea, como reyes y sacerdotes en el Reino de Jesucristo.
Ahora, podemos ver el motivo de esta Obra Maestra que Cristo ha estado construyendo de edad en edad; Obra Maestra que es Su Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes, y Obra Maestra como individuos, que son los miembros del Cuerpo Místico de Jesucristo.
Ahora miren el orden para la adopción: todo lo que fue visto en el Monte de la Transfiguración es lo que estará siendo visto en este Día Postrero para la adopción de todos los hijos e hijas de Dios como individuos, y para la adopción de la Iglesia del Señor Jesucristo.
¿Ven por qué es tan importante conocer el misterio de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles? Porque Sus Ángeles son los ministerios de Moisés y Elías repitiéndose en el Día Postrero, en el Cuerpo Místico de Cristo, para la adopción de los hijos e hijas de Dios.
¿De qué le hablaba Moisés y Elías a Jesucristo, al Hijo de Dios que iba a ser adoptado allí? Le hablaba de lo que haría en Jerusalén, de la Obra que Él llevaría a cabo allá en Jerusalén.
¿Y de qué nos estará hablando el ministerio de Moisés y Elías en el Día Postrero, en la edad para la adopción? Nos estará hablando de las cosas que serán hechas allá en la tierra de Israel, allá en Jerusalén; nos estará hablando de nuestra adopción y de la Obra que será llevada a cabo cuando estemos adoptados, la Obra que será llevada a cabo para la conversión del pueblo hebreo a Cristo; Obra que será llevada a cabo en el Día Postrero cuando estemos transformados y estemos aquí en esa etapa de 30 a 40 días, en donde el pueblo hebreo verá la plenitud de Dios manifestada en Su Cuerpo Místico de creyentes, en Su Iglesia, en la Edad de la Piedra Angular, y verá la plenitud de Dios manifestada en Su Ángel Mensajero, y verá la plenitud de Dios manifestada en cada uno de ustedes también.
O sea que verá la plenitud de Dios en Su Cuerpo Místico de creyentes, porque estará viendo a los miembros del Cuerpo Místico de creyentes adoptados como hijos e hijas de Dios, con cuerpos eternos, y espíritus teofánicos eternos también dentro del cuerpo físico y eterno.
Ahora podemos ver que aquí en la Tierra estará un poderoso Ejército adoptado, que es la Iglesia de Jesucristo en el Día Postrero, la cual ha entrado a la etapa o edad para la adopción, que es la Edad de la Piedra Angular, para estar escuchando a Moisés y Elías, para estar escuchando el Mensaje de los Dos Olivos, el Mensaje de Moisés y Elías por medio del Ángel del Señor Jesucristo hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto en este Día Postrero.
Y por eso es que el Ángel de Jesucristo en el Día Postrero estaría hablándonos tanto del pueblo hebreo y la forma en que el pueblo hebreo recibirá a Cristo: lo recibirá como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo; y al pueblo hebreo le serán abiertos sus ojos espirituales y despertará en un nuevo día dispensacional, y entrará al Reino de Dios, y así entrará al Programa Divino.
Y el pueblo hebreo como nación será adoptado, para durante el Reino Milenial ser el territorio donde estará el Trono de Cristo, el Trono del Mesías; y la capital del Reino de Cristo, de ese Reino Milenial, será Jerusalén, y el territorio de Israel será el Distrito Federal.
Y el planeta Tierra completo estará bajo el gobierno de nuestro amado Señor Jesucristo; porque así como Cristo reinará sobre el pueblo hebreo, y Su Iglesia también con Él, como Hijo del Hombre e Hijo de David, Cristo reinará sobre el planeta Tierra completo como Hijo del Hombre, y estará manifestado en el Día Postrero obteniendo los derechos de Su herencia como Hijo del Hombre. Como Hijo del Hombre Él es el heredero a todo el planeta Tierra con todos sus habitantes y todas sus naciones.
Por eso dice en Apocalipsis, capítulo 11…; vean ustedes en el capítulo que se encuentra esto, este es el capítulo de los Dos Olivos. Capítulo 11 y verso 15 en adelante dice:
“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”.
Los reinos del mundo vienen a ser ¿de quién? De nuestro Señor y de Su Cristo, de Su Ungido; y reinará por mil años y luego por toda la eternidad.
Ahora, podemos ver que como Hijo del Hombre Él es heredero al planeta Tierra con todos los reinos y con todos sus habitantes y con todo lo que posee el planeta Tierra completo, porque Cristo es el segundo Adán; y el segundo Adán recibe lo que perdió el primer Adán, el segundo Adán paga la deuda de restauración, de redención, que no pudo pagar el primer Adán.
Ahora, podemos ver que para el Día Postrero, para el séptimo milenio, los reinos de este mundo pasarán a ser de nuestro Señor Jesucristo, pasarán a ser de nuestro Señor y de Su Ungido, y reinará Cristo por mil años sobre todas las naciones, y luego por toda la eternidad. O sea que los reinos de este planeta Tierra nunca más serán de los gentiles, sino de nuestro Señor Jesucristo, porque el reino de los gentiles será quitado y será establecido el Reino de Dios; y el Reino de Dios es para el Milenio y para toda la eternidad.
¿Dónde dice eso la Escritura? El profeta Daniel contiene esto en el capítulo 7, verso 17 al 18. Dice:
“Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantarán en la tierra.
Después recibirán el reino los santos del Altísimo…”.
O sea, la Iglesia del Señor Jesucristo recibirá el Reino con Jesucristo; y el pueblo hebreo como nación tendrá en medio de la nación hebrea el Trono donde el Mesías reinará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones. Ese es el Trono de David, del cual el Arcángel Gabriel dijo que le sería dado al Mesías, al Hijo que nacería de la virgen María[7].
Ahora podemos ver que los santos, la Iglesia del Señor Jesucristo, con Jesucristo, recibirán el Reino y lo poseerán:
“… hasta el siglo, eternamente y para siempre”.
O sea que no lo soltarán, nadie más podrá tomar ese Reino. Será gobernado el planeta Tierra con todos sus habitantes y con todas las naciones por Jesucristo y Su Iglesia. En medio y de en medio del pueblo hebreo saldrá ese Reino para gobernar el planeta Tierra completo, desde ahí se reinará; de Sion saldrá la Palabra del Señor, de Jerusalén saldrá la Ley de Dios para todas las naciones[8].
Ahora, vean ustedes, Dios rugirá como león desde Sion, y desde Jerusalén dará Su Voz, y saldrá la Ley de Dios para todas las naciones.
Ahora, podemos ver también en el libro de Daniel, capítulo 7, verso 26 en adelante, dice:
“Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin…”.
Ahora, ¿quién será destruido? Ese cuerno pequeño que representa al anticristo, el cual en el tiempo final estará reinando con los diez reyes que le darán su poder y su autoridad a la bestia; y el diablo estará encarnado en la bestia, en el anticristo. Y para ese tiempo el reino del anticristo será quitado, porque el reino del anticristo será arruinado, el reino del anticristo tendrá graves problemas. Y dice:
“Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin…”.
Con los juicios divinos de la gran tribulación el reino del anticristo será destruido, y aun los diez reyes que le darán su poder y su autoridad a la bestia, destruirán a la bestia, destruirán al anticristo, al hombre de pecado, en el cual estará el diablo encarnado.
Sigue diciendo:
“… y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo (o sea, a la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el pueblo de los santos del Altísimo), cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y (le) obedecerán”.
Ahora, podemos ver cómo Cristo reinará con Su Iglesia en medio del pueblo hebreo y sobre todas las naciones, y todas las naciones le obedecerán.
El Gabinete de Jesucristo en Su Reino es Su Iglesia, ese es Su Gabinete para Su glorioso Reino Milenial y para toda la eternidad; porque Su Iglesia es la Obra Maestra de Dios como Cuerpo Místico de creyentes, y los miembros de esa Iglesia como individuos son la Obra Maestra de Dios, que llegarán a ser a imagen y semejanza de Jesucristo, un Varón perfecto; y nosotros llegaremos a ser perfectos como nuestro Señor Jesucristo.
¿No dice Jesucristo[9]: “Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto”?
Ahora, podemos ver que hay una forma para llegar a la perfección, y estamos en camino a la perfección total; y ya estamos en la etapa o edad en la cual llegaremos a ser perfectos, a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.
Ahora, vean cómo el ministerio de Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero estaría manifestado en Su Iglesia, y estarían siendo operados los ministerios de Jesús por segunda vez, de Elías por quinta vez y de Moisés por segunda vez; eso sería en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, que es la Edad de la Piedra Angular y que es el alma de la Iglesia del Señor Jesucristo; y eso también, en el alma de cada miembro del Cuerpo Místico de Cristo estará el ministerio de Jesucristo en Espíritu Santo manifestado por medio de Su Ángel Mensajero, ministrándonos la Palabra, allá en el lugar santísimo nuestro, que es nuestra alma.
Vean ustedes, el ministerio del Hijo del Hombre, de Jesucristo por medio de Su Ángel Mensajero, operando el ministerio de Jesús por segunda vez, de Elías por quinta vez y de Moisés por segunda vez, es un ministerio para el alma de cada escogido de Dios.
Con la Palabra que nos trae, vean ustedes, nos alimenta el alma, la Palabra que nos trae es para el alma de cada hijo e hija de Dios, para poder recibir la adopción de hijo o de hija de Dios, y llegar a ser personas perfectas, a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo. Lo mismo que es para la Iglesia de Jesucristo es para cada uno de ustedes y es para mí también.
Yo dependo de ese ministerio de Jesucristo en Espíritu Santo prometido para el Día Postrero, donde Él estará manifestando el ministerio de Moisés por segunda vez, el ministerio de Jesús por segunda vez y el ministerio de Elías por quinta ocasión. Yo dependo de esa manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo y esos ministerios que Él prometió manifestar; y cada uno de ustedes depende también de ese ministerio, allá en el alma de cada uno de ustedes, y yo también en mi alma dependo de esos ministerios.
Y la Iglesia del Señor Jesucristo en su alma, que es la Edad de la Piedra Angular, que es el alma de la Iglesia de Jesucristo… Porque el espíritu de la Iglesia de Jesucristo son las siete etapas por las cuales ha pasado, que están representadas en el lugar santo del templo de Moisés y del templo de Salomón; y ese es el Lugar Santo de la Iglesia del Señor Jesucristo: el tiempo de los apóstoles y el tiempo de los siete ángeles mensajeros; eso corresponde al espíritu de la Iglesia.
Pero ahora, al alma de la Iglesia, eso corresponde a la Edad de la Piedra Angular, donde Jesucristo estará ministrando por medio de Su Ángel Mensajero directamente en el alma de la Iglesia del Señor Jesucristo, para la adopción de la Iglesia del Señor Jesucristo, para la Iglesia del Señor Jesucristo ser adoptada como la Obra perfecta y Obra Maestra de Dios que Él ha estado construyendo de edad en edad, hasta este tiempo final, en donde es coronada la Iglesia del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular y con la Edad de la Piedra Angular, y con el ministerio de Jesucristo por medio de Su Ángel Mensajero.
¿Con qué eran coronados los reyes en los tiempos pasados, como en el imperio romano? Con dos ramitas de olivo. Y vean ustedes, tenemos la promesa de los Dos Olivos para la Iglesia del Señor Jesucristo, para el tiempo en que la Iglesia de Jesucristo será coronada como la Reina que reinará con Cristo por mil años y luego por toda la eternidad.
Ahora podemos ver: “EL MISTERIO DE LA OBRA MAESTRA DE DIOS”.
Podemos ver esta Obra Maestra como Iglesia, podemos ver esta Obra Maestra como un hombre perfecto: nuestro Señor Jesucristo, y podemos ver la Obra Maestra como miembros del Cuerpo Místico de Jesucristo, o sea, como cada uno de nosotros como individuos, que llegaremos a la perfección en este Día Postrero; y podemos ver la Obra Maestra que Dios está realizando en el planeta Tierra, y va de etapa en etapa, hasta que llega a ser un planeta perfecto, donde morará Dios en toda Su plenitud.
Hemos visto “EL MISTERIO DE LA OBRA MAESTRA DE DIOS”, y hemos visto las diferentes cosas que llegarán a ser la Obra Maestra; y todo es la Obra Maestra de los hijos e hijas de Dios, que Jesucristo lleva a cabo.
Recuerden que la Obra Maestra siempre tiene que ser la obra de hijos y en hijos, no la obra en siervos y de siervos, sino de hijos.
Fue el Hijo de Dios el que llegó a ser la Obra Maestra de Dios. Los siervos, los profetas del Antiguo Testamento, no vinieron a ser la Obra Maestra de Dios, solamente representaron la Obra Maestra de Dios; porque la Obra Maestra de Dios solamente puede ser realizada en un hijo de Dios, ya sea hijo o hija de Dios.
Y ahora, en el primer Hijo de Dios, el principio de la Creación de Dios, Jesucristo, vean ustedes, se llevó a cabo la Obra Maestra de Dios, Él fue la Obra Maestra, y fue adoptado como Hijo de Dios.
Y ahora, en hijos e hijas de Dios la Obra Maestra se lleva a cabo; y seremos adoptados en el Reino de Dios como hijos e hijas de Dios, y reinaremos con Cristo por mil años y luego por toda la eternidad; y la Iglesia del Señor Jesucristo como una Iglesia hija de Dios. ¿Por qué es hija de Dios? Porque es nacida por el Espíritu de Dios; no es nacida por creación humana o por engendro humano, sino por creación divina, por medio del Espíritu de Dios.
Es el Espíritu de Dios el que ha creado Su Iglesia, por eso es una Iglesia Hija de Dios; y contiene los hijos e hijas de Dios en su seno, los cuales serán adoptados en el día en el cual vivimos, en el Día Postrero, y en la Edad de la Piedra Angular; seremos adoptados como hijos e hijas de Dios, como la Obra Maestra de Dios como individuos.
Ahora, hemos visto: “EL MISTERIO DE LA OBRA MAESTRA DE DIOS”.
¿Y dónde está la Obra Maestra de Dios que será adoptada como individuos? Aquí estamos. Aquí estamos en este Día Postrero en la América Latina y el Caribe.
Es un misterio que los que serán adoptados en el Día Postrero, en su mayoría serán latinoamericanos y caribeños; pero Dios así lo ha determinado, Dios así lo predestinó desde antes de la fundación del mundo; por eso ha colocado la Edad de la Adopción, la Edad de la Piedra Angular, en la América Latina y el Caribe para ser cumplida, para con esas personas que pertenecerán a la Edad de la Piedra Angular, con esas personas llevarse a cabo la adopción de la Iglesia Hija de Dios y de los miembros de esa Iglesia Hija de Dios.
O sea que en su mayoría serán latinoamericanos y caribeños, miembros del Cuerpo Místico de Cristo en la Edad de la Piedra Angular, los que serán adoptados estando vivos en este Día Postrero; y eso es una bendición muy grande para la América Latina y el Caribe.
Y esa bendición, ¿quiénes la tienen en este Día Postrero?, ¿dónde están? Pues aquí estamos en este Día Postrero siendo preparados para ser adoptados en este Día Postrero; estamos escuchando la Voz de Dios y estamos escuchando lo que los ministerios de Moisés y Elías nos dicen en este Día Postrero.
Así como Jesús estaba escuchando a Moisés y Elías antes de ser adoptado, y cuando terminó de escucharlo, la Voz del Cielo dijo: “Este es Mi Hijo amado, en el cual me complazco en morar (o sea, tengo complacencia o tengo contentamiento); a Él oíd”; pero primero tuvo que escuchar a Moisés y Elías, y tuvo que ver a Moisés y Elías, y luego fue adoptado. Y así es para la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes, y así es para cada uno de nosotros como individuos.
Pero no hay ningún problema para nosotros, la Iglesia del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, en el territorio latinoamericano y caribeño, donde se está cumpliendo esa edad, está escuchando la Voz de Dios, está escuchando a Moisés y Elías, a los Dos Olivos, en este Día Postrero; está escuchando la Voz de Dios dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Y todo esto que está siendo dado a conocer nos llena del conocimiento de la Segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, y todas las cosas que Él estaría haciendo en este Día Postrero; para así todos nosotros entender todas estas cosas que deben suceder pronto, en este Día Postrero, en la Venida del Hijo del Hombre como Rey de reyes y Señor de señores y León de la tribu de Judá.
Hemos visto “EL MISTERIO DE LA OBRA MAESTRA DE DIOS”.
¿Dónde está esa Obra Maestra? Aquí estamos, en la América Latina y el Caribe, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, viendo y escuchando lo mismo que fue visto y oído en el Monte de la Transfiguración; hemos subido a la cima, a la cúspide, al tope del Monte de la Transfiguración, para ser adoptados en este Día Postrero.
Hemos visto dónde se encuentra la Obra Maestra de Dios como Iglesia y como individuos.
Aunque tenga estos problemas seré adoptado. Y aunque ustedes tengan los problemas que tengan serán adoptados también.
Este problema es, que para resolver el problema que normalmente ustedes ven y escuchan que se me afecta la garganta, me estuve comiendo unas semillitas molidas que me consiguieron para arreglar el problema de la garganta, y por comérmelas antes de venir hacia acá el problema se me hizo mayor. Así que tendré que usarlas durante la noche, cuando vaya a acostarme, para que entonces no me surja este problema y se me afecte la garganta un poquito más de lo que normalmente la tengo.
Bueno, aun con todos los problemas vamos a ser adoptados.
Y estos problemas son parecidos a los que tuvo un hombre, y porque tenía esos problemas dijo que enviara por otro que hablaría bien. ¿Saben de quién les estoy hablando? Del profeta Moisés, que le dijo a Dios: “Yo soy hombre torpe en hablar y tardo en hablar”[10]. O sea que, por lo que podemos entender de esas palabras, era medio (o completo) tartamudo. No sabemos cuándo le surgió ese problema, si desde niño o después que se fue a la tierra de Madián. En 80 años muchos problemas le vienen a una persona; así que en la vida de Moisés, en esos 80 años de seguro le surgieron algunos problemas; y si no tenía ese problema cuando estaba en Egipto, pues le vino después.
Ahora, Moisés dijo que Dios enviara a otro, y Dios quería hablar por medio de Moisés la Palabra de Dios; Dios dijo que la colocaría en su boca y Moisés hablaría todo lo que Dios le dijera, y el pueblo lo iba a escuchar; y en esa forma, miren ustedes la simplicidad de Dios que siempre tiene que estar presente cuando Dios se manifiesta. Y cuando Dios se manifiesta en una forma grande, la simplicidad es grande; y si se manifiesta en una forma más grande, la simplicidad es mayor.
Y Moisés con ese problema que tenía daría lugar a la simplicidad, para Dios manifestarse en simplicidad, hablando la Palabra creadora por medio de un hombre que no podía hablar bien; pero sin poder hablar bien hablaría a existencia las cosas, y las cosas serían creadas.
O sea que no depende de una buena gramática, o de una buena pronunciación, o de una buena voz para ser hablada la Palabra creadora y para que se realice lo que es hablado por esa Palabra creadora.
Por medio de Moisés fueron habladas las plagas, y las plagas vinieron; por medio de Moisés fue hablado sobre el Mar Rojo para que se abriera, y Moisés habló (extendiendo su mano) y se abrió el Mar Rojo[11].
Aunque Moisés tenía problemas hablando, pero cuando hablaba era la Palabra Creadora de Dios; y la Palabra creadora de Dios, vean ustedes, está siempre en el profeta mensajero que Dios envía, no importa los problemas que tenga; si no sabe hablar bien o si tiene problemas para hablar, con todo y eso la Palabra creadora estará en la boca y el corazón de ese profeta mensajero.
Ahora, miren a San Pablo, un profeta mensajero tan grande para la primera edad de la Iglesia gentil; fue el hombre de entre todos los apóstoles de Jesucristo que más visión tuvo del Programa Divino, y sin embargo tenía problemas en los ojos, el hombre que tenía más visión de todo el Programa Divino para los gentiles.
Y le dijo a Dios: “Señor, quítame este aguijón que me abofetea en el rostro”, porque tenía el problema en la vista, una enfermedad en la vista. Dice: “Por tres ocasiones he pedido a Dios que me quite este aguijón”, o sea: “que me sane”[12].
Y San Pablo oraba por los enfermos y se sanaban; no solamente eso, los sudarios, ya sean pañuelos o alguna ropa de San Pablo que había sido sudada cuando San Pablo predicaba o viajaba en sus viajes misioneros: se la llevaban algunas personas y la colocaban sobre los enfermos y se sanaban; y sobre los que tenían espíritus malos, y los espíritus malos salían de las personas.
Y ahora San Pablo con un problema en su vista, una enfermedad en su vista, y oraba a Dios para que le fuera quitada esa enfermedad, y Dios le dijo: “Bástate Mi gracia; porque en tu debilidad Mi potencia, Mi poder se perfecciona”. Dios era glorificado en esa flaqueza, en esa debilidad humana que tenía San Pablo; en ese problema de salud, ahora, vean ustedes, el poder de Dios era glorificado.
Y San Pablo comprendió el por qué tenía ese problema, y dijo: “Para que yo no me gloríe en las visiones y en las cosas que Dios ha hecho por medio de mí, me ha sido colocado un aguijón en la cara, un problema”; un problema de salud. Por eso ustedes encuentran a profetas de Dios con problemas de salud.
Miren a Isaac: Isaac cuando tuvo que bendecir con la Bendición de la Primogenitura estaba ciego, había quedado ciego, era un no vidente[13]; y Jacob cuando tuvo que bendecir también estaba ciego[14], heredó hasta el problema de salud de Isaac.
Y podemos ver que otros hombres de Dios han tenido problemas también, diferentes problemas; por eso es que es dicho que un profeta no puede ser juzgado, Dios es el que juzga a Sus profetas mensajeros.
Encontramos en la vida de los profetas de Dios situaciones que escandalizan a muchas personas. Un hombre como San Pablo que oraba por los enfermos, y él estaba enfermo de la vista, eso podía hacer tropezar a muchas personas, pero eso no es motivo para ninguna persona tropezar.
Moisés, vean ustedes, un poderoso profeta de Dios, sin embargo, había cometido ciertos errores, que hasta había matado un hombre en Egipto, y era un fugitivo de la justicia de Egipto, pero, sin embargo, era el profeta de Dios para aquella dispensación; y tenía un problema también en su habla. Pero Dios allá se encarga de los problemas de Sus profetas, y Dios se manifiesta en simplicidad a través de Sus mensajeros.
Y cuando podemos ver problemas así de salud en mensajeros de Dios, eso nos muestra la simplicidad de Dios. ¿Cómo en un hombre con problemas de salud puede estar Dios manifestado? Mire, se esconde dentro de ese hombre y nadie lo ve, porque la gente dice: “Pero mira, si es un mensajero de Dios, ¿por qué tiene este problema de salud?”. Miren, nuestro hermano Branham con problemas de salud, y sin embargo fue el profeta mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil y precursor de la Segunda Venida de Cristo.
Ahora, podemos ver que en el problema de salud que tenía en su estómago, que cada 7 años, el año séptimo, cada 7 años le venía un ataque de salud, de enfermedad en su estómago.
¿Y saben ustedes una cosa? Que después de tener por siete ocasiones, durante 49 años, siete ocasiones en 7 años… tuvo esos problemas, o sea, cada 7 años, el año séptimo le venía ese problema de salud; lo tenía allá dentro, pero se manifestaba fuerte siempre en el séptimo año, cada 7 años. Y cuando tuvo siete ciclos, luego se da cuenta que ese problema se le manifestaba cada 7 años.
Y ahora, viene a ser tipo y figura del problema de la Iglesia del Señor Jesucristo en cada edad de la Iglesia del Señor Jesucristo; porque en los profetas de Dios, Dios se refleja, Cristo se refleja, y se refleja la Iglesia del Señor Jesucristo, y se refleja la Obra del Señor Jesucristo.
Y ahora, vean ustedes, como cuando le tocó enfermarse en el otro año, que sería el año número 8 de los años que le venían esos problemas, ya tenía 56 años de edad; y dice que estaba sorprendido y que sabía que Dios lo había sanado, porque ya tenía un tiempo sin tener el problema de salud, y el año que le tenía que venir el problema de salud no le había llegado, por lo tanto, estaba sano. Miren la forma que Dios le reveló que estaba sanado, que Dios lo había sanado; y después se da cuenta que ya pronto se tiene que ir, y entonces dice: “Ahora que ya me voy, Tú me sanas”[15].
Y ahora que hemos llegado al tiempo en que la Iglesia de Jesucristo se va a ir en el rapto, Jesucristo la ha sanado, la ha sanado espiritualmente del problema que le venía en cada edad de la Iglesia gentil.
Bueno, hemos visto cómo Dios obra y cómo cosas que algunas veces no las podemos comprender, más adelante las entendemos, porque lo que no entendemos ahora, lo entenderemos después, dijo Cristo a San Pedro[16]; y eso es para cada uno de ustedes también y para mí también.
Bueno, Miguel no se levantó cuando le dije que pasara hacia acá y tuve que estar unos minutitos más aquí, pero vamos a pedir que pase aquí para que continúe y finalice nuestra parte en esta noche, ya que mañana tenemos que madrugar.
Miren, la vigilia que teníamos para ayer se pasó para hoy sin darnos cuenta; aunque ayer tuvimos vigilia también, de las 9:00 en adelante ya se comienza la primera vigilia, y hemos estado, tanto ayer como hoy, en la primera vigilia de la noche, aunque espiritualmente estamos (¿dónde?) en la cuarta vigilia.
Bueno, Miguel, pasa por aquí, porque si no vamos a seguir y vamos a entrar a la segunda vigilia de la noche; pero vamos a dejar mejor para la cuarta vigilia el resto de las cosas, o sea, para mañana en la mañana.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos, y pasen todos muy buenas noches.
Con nosotros Miguel Bermúdez Marín.
“EL MISTERIO DE LA OBRA MAESTRA DE DIOS”.
[Revisión marzo 2023 -RM-JR]
[1] 1 Corintios 15:22
[2] Mt. 17:5, Mr. 9:7, Lc. 9:34-35
[3] Génesis 14:18-20
[4] Apocalipsis 4:1
[5] Daniel 2:1-45
[6] Apocalipsis 21:9-27
[7] San Lucas 1:30-33
[8] Miqueas 4:2
[9] San Mateo 5:48
[10] Éxodo 4:10
[11] Éxodo 14:21
[12] 2 Corintios 12:7-9
[13] Génesis 27:1-29
[14] Génesis 48:10-16
[15] Citas, pág. 168, párr. 1496 / SPN65-1128E “En las alas de una paloma blanca como la nieve”, pág. 30, párr. 225
[16] San Juan 13:7